Sólo el 5% de las empresas en Chile desarrolla investigación según reciente estudio emanado desde el Ministerio de Economía.
Asimismo, el 1,3% contrata personal calificado con fines de investigación y tan sólo el 1% cuenta con un laboratorio o departamento de investigación.
Los resultados reportados del informe dan cuenta que actualmente en Chile son muy pocas las empresas que realizan desarrollo experimental (DE), siendo sólo el 5% del total nacional. También detalla que muy pocas cuentan con un laboratorio o departamento de investigación (LI) y contratan personal calificado (PC) con fines de realizar investigación, tres áreas claves en el ámbito de la Investigación más Desarrollo (I+D) y concretamente, en la innovación.
Claudio Parés, doctor en economía de la Universidad de Toulouse y director del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Concepción, comentó que «La profundidad de la Investigación y Desarrollo en Chile es de las más bajas de la Ocde. Esto se debe principalmente a que tenemos la tendencia a importar tecnología o a buscar soluciones hechas por otros, en lugar de desarrollar nuestras propias innovaciones. En general, confiamos más en los desarrollos realizados en el extranjero que en nuestras propias capacidades y eso mismo hace que quienes podrían desarrollar ideas en Chile terminen yendo a trabajar a otras latitudes».
Parés agrega que este fenómeno «Tiene que ver con nuestro modelo exportador, donde vendemos materias primas y compramos bienes elaborados y tecnología. Tampoco tenemos un sector innovador lo suficientemente grande como para aprovechar las economías de escala del «mercado tecnológico» (ni la profundidad financiera que requiere) por lo que las pocas empresas innovadoras tienen poca experiencia en la que apoyarse y poco financiamiento para avanzar».
Respecto a las políticas de Estado en materia de I+D, el académico de la UdeC señala que «Es aquí donde debería aparecer con fuerza el Estado y la colaboración entre empresas y Universidades, y lo hacen. Sin embargo, suelen minimizarse los avances en tecnología e innovación porque parecen escasos comparado con la cantidad de recursos invertidos y los resultados en otros mercados o industrias».
Nuevas áreas
De acuerdo al experto, las áreas de desarrollo de investigación actual están concentradas en lo tecnológico, por lo que debieran incentivarse otras.
«Me parece que hay otras áreas donde mirar. Solemos fijarnos sólo en productos tecnológicos y pensamos inmediatamente en laboratorios y computadores, sin embargo, hay muchas áreas en servicios, diseño, gastronomía e incluso en formas de hacer negocios u otros que deberían ser consideradas como innovaciones tecnológicas y las miramos en menos. Falta entender mejor dónde están nuestras oportunidades y focalizar nuestros esfuerzos, entendiendo que la innovación es un proceso largo y delicado que requiere paciencia y compromiso», concluye Parés.
Consultado por los resultados del estudio, el Seremi de Economía del Bío Bío Iván Valenzuela indicó: «En vista de estas cifras que entrega la Tercera Encuesta Longitudinal de Empresas, se constatan dos conclusiones: primero, una realidad altamente heterogénea a través de las empresas chilenas, donde la realidad de las grandes empresas dista mucho de la de empresas mediana, pequeñas y, para qué decir, de las microempresas. Segundo, que nos falta mucho que avanzar en un aspecto que es clave para el desarrollo del país».
Valenzuela además compara la economía nacional con las de países de la Ocde y sincera de alguna forma las cifras en materia de I+D.
«Sólo como referencia, considérese que en las economías Ocde, el gasto en I+D promedio para el 2013 fue de 2,4% y en Chile fue de tan sólo 0,39% del Producto Interno Bruto (PIB). Peor aún, gran parte de ese gasto proviene del Estado y no de las empresas, precisamente lo contrario a lo que se observa en otras economías» dice el seremi de economía.
En relación a las políticas destinadas a mejorar la carencia de I+D de las empresas chilenas evidenciada en el estudio, la autoridad regional indica que «En este sentido, la capacidad de las empresas del país (incluyendo las del Bío Bío) para hacer innovación a través de I+D es poca, situación que actualmente se trata de abordar en los Lineamientos de Política Nacional de Innovación 2014-2018, donde uno de los ejes principales, es el impulso innovador a las pymes».
Por su parte, Ariel Yévenes, académico investigador del Centro de Estudios Urbano Regionales (Ceur) de la Universidad del Bío Bío señala que «estos resultados obligan a pensar en la implementación de estrategias más decisivas de articulación y eslabonamiento productivo entre la gran empresa y redes de pymes aledañas. Ello, en función de que, según datos del mismo estudio, ya considerando el escaso esfuerzo en investigación y desarrollo que se evidencia en el sector productivo este tiende a acotarse de manera bastante focalizada entre los grandes establecimientos».
En esta línea, el investigador de la UBB dice además que «aprovechar el potencial competitivo de aprendizaje gestado entre las grandes empresas, aún cuando sea acotado, resulta fundamental en cuanto a su poder de difusión de resultados hacia los establecimientos de menor tamaño, pero ello sólo ha de ser posible en la medida en que se dé lugar a efectivos procesos de encadenamiento productivo permanentes, con miras a un desarrollo competitivo de carácter más sistémico en el país».
Brechas por tamaño
Si se analiza por tamaño de empresa, las brechas entre las grandes empresas y las de menor tamaño (pymes y microempresas) son enormes, según se indica en el estudio.
En el caso del desarrollo experimental, «una de cada cinco empresas grandes lo hace (20,7%). En las empresas medianas este valor se desploma a 10,3%, a 5,3% en las pequeñas y llega tan sólo a 2,6% en las microempresas. Por otro lado, una de cada diez empresas grandes tiene laboratorio de investigación (10,1%) y sólo el 2,8% de medianas y 0,6% de las pequeñas, valor muy similar al de las microempresas donde tan sólo el 0,4% cuenta con una unidad organizacional dedicada a estos objetivos. Finalmente, el 8,1% de las grandes empresas contratan personal calificado con fines de investigación o desarrollo de una nueva tecnología, mientras que tan solo el 3,3% de las empresas medianas, un 1,2% de las pequeñas y un 0,6% de las microempresas» señalan las conclusiones del estudio.
Del mismo modo, respecto a los sectores que concentran la I+D orientada a innovaciones, el estudio destaca a las áreas de suministro de electricidad, gas y agua (EGA) e Industrias Manufactureras.
Otro resultado interesante es que las potenciales ejecutoras de I+D, son jóvenes y de edad media. En el sector Pesca el 43,4% de las empresas que realizan desarrollo experimental tienen más de 20 años, mientras que en la Construcción el 56,2% de las empresas con este tipo de proceso tiene entre 1 y 5 años.
Personal Calificado
En el caso del personal calificado, la mayor la cantidad de trabajadores con grado de Magíster o Doctorado destinado a I+D, se concentra en las grandes empresas. El caso más extremo es el del sector construcción donde el 100% de las empresas que contratan este tipo de trabajadores son grandes. Lo mismo ocurre con el sector EGA donde el 91% con personal destinado a labores de investigación y desarrollo son grandes y tan sólo un 9% son medianas. No obstante, se observa una excepción en los sectores de Pesca y Actividades Inmobiliarias.
Por Edgardo Mora Cerda
Fuente: www.diarioconcepcion.cl
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