De cara al futuro, la industria busca estrategias para maximizar el impacto. De acuerdo con cifras de la Corfo, el año pasado las 16 aceleradoras apoyadas por el organismo contaban con 1.475 proyectos, los que sumaron ventas por casi $53 mil millones.
El año 2017 fue bueno para las incubadoras de startups del ecosistema local. Eso, por lo menos, es lo que se desprende de un reporte de la Corfo, que muestra que las 16 aceleradoras apoyadas por la estatal registraron ventas por $52.900 millones, si se consideran tanto los montos de los emprendimientos que estaban siendo incubados como de aquellos que habían terminado su proceso.
La cifra representa un aumento de 79,2% con respecto a 2016, cuando las ventas de las compañías ligadas a cada incubadora apoyada por Corfo sumaron $29.526 millones.
Los datos muestran también que el año pasado las incubadoras contaban con 1.236 proyectos en su portafolio, los que habían generado 1.475 nuevos puestos de trabajo. En la misma senda, estas startups habían levantado más de $9 mil millones de capital privado, sumando financiamiento bancario, inversionistas ángeles y de riesgo, y crowdfunding .
Fue Incubatec UFRO, la incubadora y aceleradora de la Universidad de La Frontera, la entidad que obtuvo los mejores resultados el año pasado, alcanzando ventas totales cercanas a los $7.800 millones, cifra que le permitió coronarse como la mejor incubadora de Chile en ventas de su portafolio de emprendedores. «En un ecosistema de emprendimiento que crece cada día, este reconocimiento viene a ratificar la confianza que los distintos emprendedores han depositado en Incubatec UFRO y el trabajo que hemos realizado juntos para lograr que sus proyectos se hagan realidad y se instalen como soluciones innovadoras y transformadoras tanto en Chile como en el mundo», dice la directora ejecutiva de la incubadora, Claudina Uribe.
El vicepresidente ejecutivo de Corfo, Sebastián Sichel, comenta que las incubadoras son un eslabón fundamental en el ecosistema de emprendimiento e innovación, especialmente aquellas que pueden acelerar los procesos de exit y crecimiento de las empresas. «Para Corfo, son parte fundamental de nuestra estrategia. Esto significa también que las incubadoras vayan más allá de lo que están haciendo hoy en día y se modernicen junto al proceso de simplificación de instrumentos que estamos haciendo, de manera que cada día más el Estado y las incubadoras que apoyamos sean un facilitador y un medio para el éxito de emprendimientos y un socio estratégico de sus desarrollos», explica Sichel.
Agrega que se requiere una mirada moderna del rol que prestan este tipo de organizaciones. «Así que la invitación es no solo a seguir trabajando bien, como lo están haciendo, sino que se sumen al proceso de simplificación y modernización de los instrumentos Corfo, de manera que puedan llegar más rápido y eficiente a los emprendedores», asegura.
Es justamente bajo ese enfoque que la semana pasada se desarrolló una jornada de trabajo con incubadoras en la que se abordaron desafíos para la industria como son la sustentabilidad de estas organizaciones en el largo plazo, su especialización y propuestas de valor, así como la mejora de los resultados del portafolio.
Desafíos de la industria
La cita sirvió asimismo para que los principales actores del sector plantearan cuáles son los principales desafíos de la industria. En ese sentido, concluyeron que es necesario trabajar en diversificar las vías de ingreso del modelo de las incubadoras. Destaca, por ejemplo, la idea de promover alianzas con fundaciones que quieran invertir en emprendedores, realizar servicios pagados de innovación abierta o colaboraciones con grandes empresas, trabajar en el empaquetamiento de sus servicios o generar ingresos por scouting ante entidades de financiamiento privado o levantamiento de capital. «Adicionalmente, las incubadoras universitarias tienen como desafío revisar la figura legal para hacer efectivos los contratos de opción de compra con los emprendedores apoyados», explican desde la Corfo.
Por otra parte, se propuso realizar un mapeo de los servicios que prestan las distintas incubadoras, con la finalidad de que los emprendedores puedan identificar la oferta con la que cuenta cada una y visibilizar casos de éxito para que se reconozca su valor.
En cuanto al desafío de mejorar los resultados del portafolio de las incubadoras, se propuso efectuar una valorización temprana de las empresas para generar y armar un plan en conjunto con el emprendedor. «Adicionalmente, promover la educación en términos de levantamiento de capital privado con los emprendedores, con el cual consideren necesario ceder participación de las empresas en pos del crecimiento y en los flujos de caja futuros», se propuso en la jornada.
Otro aspecto que se busca consolidar es el de las redes de contacto entre los mismos emprendedores incubados. En ese sentido, se busca generar comunidades con aquellos emprendedores que terminaron el proceso de incubación, con la finalidad de mantener los vínculos más allá de la entrega de servicios o la ejecución de los subsidios.
Junto con lo anterior, también se determinó fomentar el uso de las plataformas existentes para realizar un correcto seguimiento de los emprendimientos nacionales.
Por Pablo Tirado.
Fuente: El Mercurio.
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