El Museo Interactivo Mirador (MIM) inauguró hoy la Sala “Neurozona”, un nuevo espacio de 250 m2 y 19 módulos interactivos que busca responder una de las preguntas más elementales: ¿cómo aprendemos?, desde la perspectiva de la neurociencia y a través las tres claves de su Modelo Educativo, es decir, lúdico, interactivo y de exploración autónoma.
La nueva sala del MIM, que es parte de la Red de Fundaciones de la Presidencia, invita a poner a prueba los sentidos, memoria y curiosidad de los y las visitantes, quienes experimentarán con los fenómenos científicos presentes en cada módulo, para descubrir las propiedades, funcionamiento y evolución del sistema nervioso de animales y seres humanos. Así, por ejemplo, se aproximarán a los aspectos más básicos o elementales, como la neurona e impulsos nerviosos, hasta fenómenos complejos como el uso del lenguaje y la comunicación humana.
“Con esta nueva sala Neurozona, el museo actualiza su oferta en sintonía con la evidencia científica actual proporcionada por la neurociencia y, a la vez, se enfoca en un área que cruza todo el quehacer del museo, como es el aprendizaje. De ahí que se puede decir que es nuestra metasala”, afirma Orieta Rojas, directora ejecutiva del Museo Interactivo Mirador.
Para Paula Forttes, Directora Sociocultural de la Presidencia, esta nueva sala, segunda que se inaugura en esta administración, significa “un avance relevante para el MIM que demuestra el esfuerzo constante por renovar sus espacios y mantener el interés que lo sitúa como un museo pionero en Chile y un referente en Latinoamérica”.
Al igual que las otras salas del museo, esta nueva exhibición busca crear experiencias de aprendizaje únicas para niños, niñas y jóvenes, que promuevan la curiosidad por el mundo que los rodea, acercándolos a la ciencia e incentivando la generación de preguntas. Así, por ejemplo, los visitantes se enfrentarán a interrogantes como: ¿Podemos anticiparnos a situaciones futuras? ¿Cómo la curiosidad nos motiva a explorar? ¿Cómo la memoria nos ayuda a aprender? ¿Cómo controlamos nuestra atención?
Entre los módulos que se encuentran en la nueva sala destacan el “Anti Taca”, un curioso taca-taca que desafía al cerebro para aprender rápidamente una nueva forma de jugar; “Cuestión de suerte”, un traga monedas muy especial para experimentar cómo respondemos frente a las recompensas; o “A prueba de todo”, donde exploraremos el rol del sistema límbico y experimentarán con el miedo, para promover conductas de supervivencia.
El nuevo espacio fue creado y diseñado durante dos años por un equipo multidisciplinario del museo, en conjunto con la asesoría científica del Instituto de Neurociencia Biomédica (BNI).
“Durante dos años apoyamos al MIM en la elaboración de los contenidos científicos de Neurozona, así como en la manera de abordarlos, con el objetivo que el público logre comprender los diferentes procesos relacionados con la actividad neuronal, los cuales por su complejidad, no siempre resultan fáciles de entender”, afirma Claudio Hetz, Director del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica.
Aprendiendo a aprender
La nueva sala Neurozona busca responder la pregunta ¿Cómo aprendemos? desde la perspectiva de la neurociencia. Esta capacidad está presente en todos los animales, incluidos los seres humanos, con la finalidad de desarrollarnos de la mejor forma posible en nuestro ambiente y así ayudar a regular la homeostasis, proceso que permite asegurar la supervivencia, a través de adaptaciones fisiológicas y conductuales que ocurren frente a los cambios en el medio ambiente.
Neurozona está organizada en cuatro ámbitos temáticos: ¿Cómo funcionan las neuronas?, ¿Cómo opera el sistema nervioso?, ¿Cómo las experiencias promueven el aprendizaje? y ¿Cómo aprendemos a lo largo de la vida?
Algunos de los módulos con que podrán experimentar en el primer ámbito son “Dame un impulso”, que invita a transmitir impulsos nerviosos entre neuronas y “Zoom a la conexión”, donde podrán experimentar con sinapsis virtuales como proceso de traspaso de información entre neuronas, y la plasticidad como adaptación a estímulos del mundo exterior.
El segundo ámbito presenta módulos como “Ojo con el movimiento”, una representación/un modelo del sistema muscular de un ojo gigante que deben tratar de controlar, lo que involucra distintas funciones nerviosas.
En el tercer ámbito destaca “Cerebro predictor”, que aborda el aprendizaje asociativo a través de un desafío donde se debe predecir y responder anticipadamente; y “No la dejes caer”, que pone a prueba la cooperación y la competencia.
Por último, en el cuarto ámbito está “Código enigma”, una invitación a experimentar con el lenguaje y el aprendizaje para descifrar mensajes encriptados.
Fuente: www.elmostrador.cl
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