Un compuesto extraído de esta baya silvestre logra reducir la obesidad y diabetes 2 en animales de laboratorio. Se espera que en humanos tenga el mismo efecto.
Además de su fama como el fruto con mayor capacidad antioxidante conocida, el maqui ( Aristotelia chilensis ) suma una nueva virtud.
Estudios en tejido adiposo y ratones de laboratorio han demostrado que el consumo oral de un extracto de este fruto podría prevenir el aumento de peso y la resistencia a la insulina que experimentan algunos pacientes como efecto secundario del uso de antipsicóticos, como la clozapina, olanzapina y risperidona.
Estos fármacos son ampliamente utilizados por adultos que presentan cuadros de esquizofrenia y trastorno bipolar, y en algunos casos de niños con cuadros del espectro autista y otros que presentan agresividad y descontrol.
En algunos pacientes el consumo crónico de estos medicamentos genera los efectos adversos descritos, cuyo manejo se dificulta dado que no es posible suspender los fármacos que los originan.
«Estos efectos pueden hacer que la persona no tome los medicamentos y, por otro lado, más allá de lo estético, se genera un problema de salud. Por eso, el mayor espacio de acción es prevenir desde un principio, promoviendo una buena alimentación», dice la doctora Lina Ortiz, psiquiatra de Clínica Las Condes.
En un estudio publicado en 2012, mientras el investigador de la Facultad de Química y Biología de la U. de Santiago de Chile Leonel Rojo hacía su posdoctorado en la U. de Rutgers (EE.UU.), este determinó que una formulación rica en antocianos del maqui -un pigmento antioxidante que le da el color morado- mejoraba la hiperglicemia y la resistencia a la insulina en ratones obesos con diabetes 2 alimentados con una dieta rica en grasas.
Esto, debido principalmente a que mejora la captación de glucosa en el músculo, evitando que quede circulando en la sangre», explica Rojo.
Además, en estudios in vitro con células musculares y hepáticas de estos animales, detectaron que los antocianos inhibían la formación de células adiposas y la inflamación.
Estos hallazgos llevaron a proponer que los compuestos naturales del maqui podrían emplearse en la formulación de un antidiabético cuyo consumo sería seguro, al tratarse de un fruto comestible.
Actualmente, Rojo y un equipo en el que colaboran especialistas de las universidades de Chile, Rutgers y Hadassah, en Israel, trabajan en un proyecto Fondef para establecer si los antocianos del maqui pueden contrarrestar la acumulación de lípidos inducida por el uso de clozapina.
En estos pacientes, señala el investigador, incorporar en su alimentación una formulación a base de maqui «podría tener un efecto preventivo». Una vez concluido este proyecto, a fines de 2017, se espera probar el compuesto en humanos.
«Si es seguro y no hace mal, creo que ayudaría mucho, no solo para aumentar la adherencia a los fármacos, sino porque sus efectos secundarios deterioran mucho la calidad de vida de los pacientes», señala la doctora Ortiz.
Por Paula Leighton
Fuente: Diario El Mercurio
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