La semana pasada la Presidenta Bachelet anunció que antes de agosto ingresaría el proyecto de ley que crea una nueva institucionalidad para la Ciencia y Tecnología, ministerio que estaría operativo en septiembre de 2017.
En julio de 2015, la Comisión Presidencial Ciencia para el Desarrollo de Chile no llegó a consenso en una única propuesta de modelo para la nueva cartera, dejando entrever dos posiciones. Por una parte, los sectores vinculados a la academia apoyan la creación de un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, donde Conicyt y Corfo queden bajo su alero, dando pie a un «modelo integrado».
En tanto, otros actores pro empresa abogan por un Ministerio de Ciencia y Tecnología, donde la innovación empresarial quede alojada en Economía, mientras que la de corte tecnológica basada en ciencia, en la nueva institucionalidad. En este modelo, de «dos pilares», Conicyt quedaría bajo su dependencia.
Si bien la más votada por la comisión fue la primera propuesta, el tema está lejos de estar zanjado e incluso, surgen otras voces que reclaman una institución que integre a la educación superior, que fue la propuesta del gobierno de Sebastián Piñera.
«Aquí hay que cambiar la institucionalidad completa»
HERNÁN CHEYRE DIRECTOR EMPRENDIMIENTO FEN UDD
El ex vicepresidente ejecutivo de Corfo valora el anuncio de la creación de un ministerio que cambia la institucionalidad en materia de ciencias, innovación y tecnología. No obstante, expresa que el objetivo debe ir más allá de una entidad que implique sólo una burocracia diferente, pues ésta debería avanzar hacia la propuesta realizada por la comisión creada en el gobierno de Sebastián Piñera, la que considera también a la educación superior.
«Si estamos pensando en una economía del futuro, que apunta a incorporar conocimiento en los productos y procesos productivos, tiene que haber una institucionalidad que involucre desde la investigación básica, la formación de capital humano avanzado y culminar con la incorporación de innovaciones en el mercado. En esta línea hace mucho más sentido incorporar también a la educación superior», plantea el director de Emprendimiento de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, UDD. El académico sostiene que la dependencia de esta cadena de valor de una única entidad implicaría una mirada más integral, ya que la problemática actual no se soluciona cambiando a Conicyt de una cartera a otra. «Hoy, al estar en el Ministerio de Educación, no es una prioridad. Éste tiene otros problemas que resolver antes que el tema de la ciencia», asevera.
Añade que «si la idea es transformar Conicyt de un servicio en un ministerio no hemos resuelto nada. Aquí hay que cambiar la institucionalidad completa y la forma en cómo se coordinan las distintas instancias», expresa.
Respecto a quienes plantean que los recursos para financiar el ministerio son escasos, señala que éste es un desafío en donde es clave buscar mejores nexos público-privados.
«Conicyt será parte central del ministerio»
JUAN ASENJO PRESIDENTE ACADEMIA DE CIENCIAS
Juan Asenjo, miembro de la Comisión Presidencial Ciencia para el Desarrollo de Chile y presidente de la Academia Chilena de Ciencias, considera que no es momento de discutir cuál es el modelo de Ministerio más apropiado y asegura que «el que decida el gobierno será al que hay que apuntar».
Sin embargo, declara que el más sencillo es el de los «dos pilares». Esto, entre otras razones, porque mantiene el rol de Corfo bajo la administración del Ministerio de Economía.
Destaca que lo importante es que finalmente se creará un Ministerio de Ciencia y Tecnología y ese, dice, «es un cambio radical» respecto a la actual situación del sector. «En Chile, la ciencia ha andado a la deriva durante años, sobre todo, en lo que se refiere a financiamiento. Ningún país que haya pasado a ser desarrollado lo ha hecho sin una fuerte inversión en ciencia, tecnología e innovación», advierte.
Según el ingeniero químico de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Ciencias 2004, Conicyt será parte central de la futura cartera y estar al alero de ésta, será beneficioso dado que contará con la dirección de un ministro y un comité que pensará en investigaciones a largo plazo, que es lo que se necesita. Además, el ministerio tendrá a su cargo el Programa de Doctorados y Becas Chile, entre otras tareas relevantes. En esta línea, Asenjo señala que siendo la ciencia chilena la mejor de Latinoamérica, con más citas que sus pares argentinos, brasileños y mexicanos, los investigadores que están en los 30 centros que hay en el país de nivel mundial, no son suficientes para hacer innovación. El número de ellos equivale a un quinto de lo que se necesita para estos efectos.
Por lo mismo, explica que si se invirtiera en más alicientes para que los jóvenes que están haciendo doctorados en el extranjero se integren al país, se podría desarrollar ciencia en regiones, por ejemplo.
Añade que hoy Chile invierte 0,4% del Producto Interno Bruto (PIB) en ciencia y que para llegar a ser uno desarrollado, la meta debe ser aumentar ese financiamiento a 1% del PIB en los próximos cuatro años.
«No veo voluntad del mundo académico de hacer negocios basados en ciencia y tecnología»
ÁLVARO ACEVEDO GERENTE INNOVACIÓN SOFOFA
Para el gerente de innovación y emprendimiento de Sofofa, previo a entrar al debate del modelo de ministerio, es necesario tomar definiciones en tres ámbitos: control de gestión de los programas y proyectos de Corfo o Conicyt; dotar de mayor eficiencia y rapidez a las agencias del Estado y dar una continuidad a las decisiones en esta materia.
Comenta que si bien es partidiario de mantener a Conicyt y Corfo separados (modelo de dos pilares), «antes de proponer un modelo u otro, se debe definir cuál va a ser la métrica y cómo se va a garantizar que las decisiones sean más largas que un gobierno, pues para transformarnos en una sociedad del conocimiento necesitamos al menos 15 años», advierte.
Inversión rentable
Respecto de la inversión en ciencia y tecnología, señala que más que compararnos con los integrantes de la OCDE (que invierten 2,6% del PIB en promedio), debemos mirar a países con con una base industrial similar, como Australia o Nueva Zelanda cuando tenían nuestros niveles de ingresos. Desde su perspectiva lo que hoy se destina a este ámbito en nuestro país es un «gasto» no una inversión, pues para que realmente sea lo segundo, «tiene que redituar algo, si se miran los registros de lo que ha producido la ciencia en Chile en términos de valor económico, te van a mencionar cosas potentes, pero son anecdóticas», comenta.
Para el representante de Sofofa, esto es así porque no ve «una voluntad del mundo académico de hacer negocios basados en ciencia y tecnología. Todavía hay una generación de científicos que ven al mundo empresarial con sospecha», sostiene.
El problema no es el modelo de ministerio por el que se decante, sino aplicar más recursos y de la mejor manera a la ciencia y tecnología y «esta es la discusión de fondo», concluye Acevedo.
«No me imagino este ministerio sin Conicyt»
JUAN CARLOS DE LA LLERA DECANO FACULTAD INGENIERÍA UC
Aunque considera imperante la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, el decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de Chile afirma que dejar fuera la innovación escomo hacer la tarea a medias.
De la Llera señala que ciencia, tecnología e innovación conforman una cadena de valor, y que al estar bajo el amparo de una misma institución, tal como propone el modelo integrado, sería más coherente, es por ello que el nombre del nuevo ministerio -sin innovación- le parece una decisión desafortunada. Para el académico lo ideal es no romper esta cadena, ya que «siempre que separas el problema, se crean ineficiencias», y en Chile advierte, ya no deberían admitirse más. Ante la interrogante de Conicyt y la institución que lo amparará en adelante, De la Llera, quien participó en la Comisión Presidencial Ciencia para el Desarrollo de Chile, es aún más categórico: «no me imaginaría un ministerio de Ciencia y Tecnología que no tuviera Conicyt dentro, eso lo tengo claro». El académico, que no descarta que el área de innovación pueda trabajar desde Corfo, como sucede en la actualidad, añade que la creación de una subsecretaría de Innovación, sería un avance positivo, «no lo ideal, pero es la opción menos mala». Además, considera que la discusión del modelo tiene más que ver con explicitar garantías. Lo óptimo, explica, es que de funcionar en un mismo ministerio, se respete la individualidad de cada materia y que ninguna desaparezca por darle mayor importancia a otra.
«Si la institucionalidad que se va a crear no le va a dar espacios suficientes a la innovación, entonces tenemos un problema, y si no hay una garantía explícita de ello, es mejor dejar las cosas como están; lo que se necesita es que este país genere valor a la sociedad, y eso se logra solo a través de la innovación, no existe otra manera». Finalmente, señala que la institucionalidad y lo que ésta incluiría, es una discusión que aún no está zanjada.
Fuente: Diario Financiero
¿Quieres dejar un comentario?