El estudio del Dr. Erick Riquelme, académico del Centro de Biología Integrativa, determinó que la mayor biodiversidad de microorganismos presentes en nuestro cuerpo generaría la capacidad de reclutar y activar células del sistema inmune, reduciendo el tamaño del tumor. El hallazgo fue publicado en la prestigiosa revista científica Cell.
El cáncer de páncreas es una de las enfermedades más agresivas a las que se puede enfrentar una persona, ya que no responde a las terapias disponibles y provoca miles de muertes cada año. De hecho, si bien en Chile se ubica en el 13° lugar de incidencia para hombres y el 11° para mujeres, ocupa el quinto lugar de mortalidad para ambos sexos.
A raíz de estos datos, el Dr. Erick Riquelme, investigador del Centro de Biología Integrativa (CIB) de la Universidad Mayor, lideró un estudio que hace solo unos días fue publicado en la prestigiosa revista científica Cell.
En su trabajo, que se extendió por tres años, el académico descubrió un nuevo blanco terapéutico para el cáncer de páncreas, al demostrar el rol de la microbiota en el aumento de la expectativa de vida de este tipo de pacientes.
Para ello Riquelme, junto a investigadores del MD Anderson Center, estudiaron a 43 enfermos en EE.UU. y caracterizaron su microbiota, es decir el ecosistema de microorganismos que habita en el cuerpo humano, como bacterias, hongos y otros microbios.
“Tomamos deposiciones de pacientes con cáncer de páncreas que sobrevivían por largo tiempo y de otros que morían prontamente. A su vez, realizamos transferencia de deposiciones de estos pacientes a ratones inoculados con células tumorales de cáncer de páncreas en que previamente eliminamos su microbiota endógena, es decir los humanizamos”, explica el investigador.
Y continúa: “Los ratones que recibieron deposiciones de pacientes con mayor sobrevida desarrollaron un tumor más pequeño, versus los ratones que recibían deposiciones de un paciente que vivía por corto tiempo. Esto nos indicó que en las deposiciones de los primeros pacientes había bacterias y microorganismos que favorecían la respuesta inmune contra el tumor”.
De esta forma, el Dr. Riquelme descubrió que aquellos enfermos que sobrevivían más de 5 años tenían una microbiota particular distinta a aquellos que sobrevivían menos de tres años.
“Encontramos que cuando mayor es la diversidad microbiana, existe un mayor impacto en el sistema inmune: mayor activación y reclutamiento de células inmunes, lo que favorece la eliminación de células tumorales”, puntualiza el académico.
“El hallazgo más importante es que podíamos modificar la microbiota tumoral”, añade Riquelme, quien sostuvo que potencialmente se podría usar esta estrategia de transferir deposiciones a un paciente para aumentar sus expectativas de vida y en un futuro próximo estas bacterias podrían ser utilizadas como probióticos de segunda generación, como parte de la búsqueda de terapias alternativas, no invasivas y sin efectos colaterales nocivos para los pacientes.
Además, el académico advirtió que factores medioambientales junto a la dieta personal y el consumo de alcohol, antibióticos y medicamentos, pueden gatillar una alteración drástica de la composición de esta microbiota, lo que aumenta el riesgo de adquirir enfermedades como el cáncer.
Por su parte, el Dr. Felipe Court, director del Centro de Biología Integrativa de la U. Mayor, destacó este hallazgo calificándolo «de alto impacto, ya que describe un nuevo mecanismo asociado al crecimiento tumoral y también a la reducción de estos tumores”.
Cabe destacar que actualmente el Dr. Riquelme está desarrollando un proyecto Fondecyt Regular en el Centro de Biología Integrativa para estudiar la asociación entre microbiota y el comportamiento de tumores relevantes en la población chilena.
Fuente: Diario Mayor
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