Un destacado grupo de investigación de la Universidad Andrés Bello, liderado por el Dr. Claudio Cabello (Laboratorio de Biología y Fisiopatología Molecular de la Facultad de Ciencias Biológicas), avanza en el desarrollo de futuras terapias para tratar las disfunciones musculares esqueléticas, específicamente, referidas a la atrofia muscular, que consiste en la pérdida de masa muscular con la consecuente disminución en la funcionalidad y fortaleza del músculo.
La atrofia muscular tiene distintas causas, pudiendo ser provocada por patologías y también por eventos fisiológicos. “Dentro de las patologías se consideran diversas enfermedades crónicas, actualmente con una incidencia muy alta en la población, como la diabetes, cáncer, enfermedades hepáticas crónicas y renales. Y dentro de las causas fisiológicas está el envejecimiento. Al envejecer, todas las personas van perdiendo masa muscular y eso produce una disminución en la funcionalidad del músculo” explica el Dr. Cabello.
Para el investigador UNAB tratar los problemas asociados a la atrofia muscular es importante para la salud de los chilenos. “La idea de nuestra línea de trabajo es no solo hacer investigación básica para conocer cómo se producen estos procesos en el músculo, sino que también, tratar de tener una mirada hacia la terapia” especifica.
En cuanto al trabajo que viene desarrollando el equipo de investigación, al menos 2 de las publicaciones que han realizado en el 2016, tienen esa mirada hacia el lado terapéutico.
Con miradas a nuevas terapias
De acuerdo a lo que señala el Dr. Cabello, con el fin de desarrollar nuevas terapias asociadas a la disfunción muscular, utilizaron dos estrategias. La primera se enfocó en pruebas realizadas en modelos animales con el péptido angiotensina (1-7) [Ang-(1-7)], las cuales arrojaron que dicho péptido prevenía la pérdida de músculo bajo distintas condiciones patológicas.
Sobre este enfoque comenta: “Lo que se evaluó fue la pérdida de masa muscular por desuso, que equivale a un estado en que las personas están enyesadas o se encuentran postradas en cama. Observamos que este péptido mejoraba y prevenía esa pérdida de masa muscular. Dentro de las proyecciones que tiene el uso de ese péptido, es aplicarlo en personas que puedan estar postradas, por ejemplo, y que no se puedan utilizar estrategias clásicas, como el ejercicio. La idea es complementar una terapia de ejercicios con esta terapia peptídica o farmacológica”.
La terapia peptídica presenta varias ventajas, pensando sobre todo en un uso con personas que presenten pérdida de masa muscular por enfermedades crónicas o desuso. Tales beneficios están determinados por las propiedades que los investigadores encontraron en el péptido a nivel muscular, las cuales evitaban la pérdida de masa y favorecieron la recuperación de la función muscular. “El tratamiento con Ang-(1-7) tiene varias ventajas a nivel molecular por tener un mecanismo de acción multifactorial, evitando el catabolismo y favoreciendo el anabolismo proteico. Sin embargo, actualmente su vía de administración es un tema que nos preocupa ya que el péptido tiene una vida media corta y es rápidamente degradado. Es por eso que en conjunto con el Dr. Danilo González-Nilo (UNAB) hemos desarrollado un sistema de acomplejar y proteger el péptido mediante nanopartículas y así aumentar la vida media durante su administración. Es un trabajo próximo a publicar” complementa el investigador UNAB.
Según los resultados, la aplicación terapéutica de este péptido podría traer beneficios no solo a nivel muscular, ya que se han reportado efectos positivos en patologías cardiacas, renales, hepáticas. “Y esto es realmente significativo cuando tenemos que tratar disfunciones musculares asociados a otras enfermedades crónicas” dice el Dr. Cabello.
Terapia con células madres para la atrofia muscular
La segunda estrategia se relaciona con el uso de células madres, trabajo que se hace de forma colaborativa con un equipo de investigación de la Universidad del Desarrollo, quienes han descrito los efectos terapéuticas de éstas células: “Nosotros lo que quisimos evaluar, era si las stem cells mesenquimáticas (células madres) tenían un efecto benéfico a nivel del músculo esquelético y, específicamente, en un modelo de diabetes tipo 2, enfermedad de alta incidencia en la población adulta e infantil”. Según explica el investigador, las personas con esta enfermedad presentan debilidad muscular, “lo que hicimos fue administrar estas células madre a un modelo animal de diabetes tipo 2 y determinar cuál era el efecto que tenía en la función y estructura del músculo esquelético. Observamos que efectivamente, revertía la pérdida de masa muscular, la fuerza se recupera y la estructura del músculo mejora. Estos hallazgos además de la importancia tienen una proyección terapéutica promisoria” enfatiza.
En relación al trabajo con células madres mesenquimáticas, el investigador UNAB explica “Los eventos que provoca el tratamiento con stem cells mesenquimaticas es disminuir el estrés oxidativo, el catabolismo proteico y la apoptosis. Sin embargo aún no sabemos cómo las stem cells hacen esto. Ese es nuestro próximo desafío, descubrir el mecanismo de acción de las células madres mesenquimales en el músculo esquelético para mejorar la atrofia muscular”.
Finalmente, este trabajo tiene aún un amplio camino por recorrer, siempre enfocado en nuevas y más eficientes terapias “Tenemos proyectado realizar experimentos que nos permitan conocer si una terapia conjunta, tiene efectos sinérgicos que permitan obtener una oportunidad de desarrollar una nueva estrategia potenciada”.
Por Victoria Martínez
Fuente: www.ciencia.unab.cl
¿Quieres dejar un comentario?