¿Cuántas horas pasas al interior de un laboratorio? La carrera de los científicos demanda mucho tiempo para conseguir buenos resultados. Pero, como en cualquier profesión, el exceso de trabajo puede repercutir en el ánimo de los profesionales.
Al respecto, María Soledad Matus, doctora en Biología Celular y Molecular e investigadora principal del laboratorio de biología de neurodegeneración de Fundación Ciencia & Vida, nos comparte tres tips sobre desarrollo integral para los científicos.
Ponernos a prueba en otros contextos
El trabajo en los laboratorios requiere mucha rigurosidad y concentración, “muchas veces nos desconectamos de lo que ocurre en nuestro entorno porque pasamos horas y horas encerrados, lo que hace que tengamos interacciones reducidas”, dice Matus, quien recomienda explorar cualquier otra actividad, alejada de la ciencia, que te permita probarte en otro contexto.
Dice que puede ser el deporte pero también viene bien un taller, un grupo o alguna actividad que implique utilizar otras herramientas y habilidades, “a veces los científicos somos cuadrados y medimos todo en base al tiempo. Pero en otras disciplinas son otras las formas de proceder para lograr un resultado”, dice la experta.
Paralelo a su carrera como investigadora de enfermedades neurodegenerativas, la experta quiso poner apruebas sus capacidades en las artes escénicas y tomó un taller de teatro por mucho tiempo.
Desde su punto de vista, esto le permitió ponerse a prueba en un grupo diverso, aprendió y desarrolló habilidades que en su formación profesional no estaban presentes, salió de la estructura de trabajo a la que estaba acostumbrada y debió hacer frente en un contexto en que su experiencia profesional no importaba porque había cosas nuevas por aprender, “es como empezar desde cero. Fue un descubrimiento total donde las relaciones humanas se dan de manera distinta, lo que es muy nutritivo”, cuenta.
Fijar un momento en la semana para el esparcimiento (¡sin culpa!)
Lo anterior también la motivó a entregarse por completo a ese desafío. Lo que implicó determinar qué parte de su tiempo lo iba a destinar para realizar, en este caso, el taller de teatro. Dice que este punto es muy importante porque, producto del trabajo u otros compromisos, tendemos a fallar en la constancia y eso es un gran error.
“Con esta experiencia hice patente el hecho de que es muy necesario tener tu día (…) es importante fijar ese espacio y que no se transe”, señala Matus; además, agrega que esto a veces genera culpa, especialmente para las mamás que trabajan, quienes tienen poco tiempo para ver a sus hijos.
“Nadie le discute a los hombres el partido de fútbol el domingo (…) pero algunas mujeres tendemos a sentirnos más culpables al momento de dejarnos un espacio personal sin hijos”, concluye Matus; pero indica que es fundamental que en una familia todos aprendan que los espacios personales son igualmente valiosos y respetables, “ninguno se superpone al otro”, concluye.
Sacarle el mejor provecho a esas experiencias
“Es importante tener espacios para conocer a otras personas, estar en ambientes diversos, conversar temas diferentes, entender otras realidades” cuenta la profesional, quien reflexiona que cualquier instancia fuera del laboratorio nos enriquece mucho porque nos permite compartir frustraciones y sensibilidades, especialmente porque al paso del tiempo las personas no nos exponemos tanto a los ambientes heterogéneos ya que nuestra familia y amigos se establecen y no cambian.
“El desafío de ponernos en otro contexto es enriquecedor y hay que tomar la decisión de estar abierto a mirarlo y apreciarlo. Mucho de eso tiene que ver con las inquietudes personales, por ejemplo el hecho de conocer otros mundo y realidades y quizás va a depender de la etapa en la que te encuentres, pero de que es tremendamente gratificante, lo es”, concluye.
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