D-propanolol, es una droga derivada del propanolol, que se utiliza normalmente en tratamientos de hipertensión. De manera experimental, también se ha utilizado en casos de arritmia y otras enfermedades.
Ahora un grupo de investigadores del Centro de Envejecimiento y Regeneración (CARE Chile) de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica de Chile, realizó una investigación con el fin de desarrollar una terapia para combatir ciertos tipos de cáncer de manera menos invasiva y tóxica que las ya existentes.
Los resultados obtenidos muestran que este fármaco es capaz de detener el crecimiento de las células tumorales en ciertos tipos de cáncer. El equipo dirigido por Alfonso González, académico e investigador la UC, acaban de patentar estos resultados y están a la espera de conseguir el financiamiento que permita desarrollar el fármaco único a nivel mundial.
Hasta la fecha “no hay ningún reporte de toxicidad o que una persona haya fallecido por estos tratamientos experimentales, por lo que hay una gran probabilidad de que esta droga pase las etapas en que se ensaya la toxicidad y se pueda utilizar en fase 1, 2, y así hasta llegar a fase 4 en humanos», señala González.
“Las quimioterapias son tóxicas para cualquier tipo de células, aunque sufren las cancerosas porque se están dividiendo más, pero también afectan atodo el organismo. Por lo que siempre es necesario encontrar terapias más dirigidas a las células cancerosas, que no afecten o lo hagan mínimamente a las células normales”, indica el investigador.
La estrategia de los científicos de CARE Chile es alterar un proceso de tráfico de proteínas conocido como endocitosis, en el cual se produce el movimiento de materiales hacia adentro de la célula, por la vía de vesículas de membrana. Esto no sólo permite a las células captar nutrientes desde el entorno. También son parte de los mecanismos que tiene esta para interpretar el medio que la rodea y comunicarse con otras. La idea es perturbar este proceso en las células del cáncer y así evitar que se reproduzcan y se comuniquen con otras, pero si afectar a las células sanas.
Por ahora, se ha probado en células tumorales de cáncer de pulmón, cáncer cérvico uterino, cáncer gástrico, glioblastomas y melanomas.
Por Cecilia Yáñez
Fuente: Diario La Tercera
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