Tomates, legumbres, repollo, papas y carnes son tan sólo algunos de los alimentos ricos en potasio y bajos en sodio que ayudarían a reducir naturalmente la presión de aquellas personas que padecen hipertensión arterial y a prevenir esta enfermedad que afecta a casi cuatro millones de chilenos. El potasio, es un mineral de vital importancia en el normal funcionamiento de todas las células, incluyendo las del sistema músculo esquelético y cardiovascular por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de al menos 3,51 gramos por día en un adulto.
En este contexto, el profesor Carlos Vio, investigador titular del Centro de Envejecimiento y Regeneración de la Universidad Católica (CARE Chile UC) señala que aumentar la ingesta diaria de potasio a través de una dieta sobre la base de verduras, carnes y legumbres, al mismo tiempo que se limita el consumo de alimentos procesados y altos en sodio, regula naturalmente la presión arterial. De esta manera se reduce el riesgo de accidentes cardiovasculares, daños renales y osteoporosis, entre otras enfermedades.
“Por el escaso sodio existente en nuestros alimentos naturales evolucionamos desde la prehistoria hasta nuestros tiempos con mecanismos que conservan el sodio. Sin embargo, en esta época nuestra alimentación tiene exceso de sodio y déficit de potasio”, explica Vio. Y agrega: “Las células, animales y vegetales, en su interior poseen 140 miliequivalentes de potasio y 10 miliequivalente de sodio. La misma relación debería tener nuestra comida, sin embargo, nuestra alimentación actual se compone de 200 milimoles diarios de sodio y de 50 o menos milimoles de potasio al día”.
El investigador explica que el exceso de sodio en nuestra alimentación se debe a que si bien las células vegetales son ricas en potasio y pobres en sodio, cuando estos alimentos se procesan, se rompen las células y se agrega sodio como preservantes. Al mismo tiempo, la industria elimina el potasio natural de los alimentos. El investigador explica que la deficiencia moderada de potasio puede generar una presión elevada, enfermedades renales, un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, especialmente cerebro-vasculares; osteoporosis y riesgo de desarrollar cálculos en el riñón.
De igual forma, explica el mecanismo a través del cual el potasio reduce el sodio del cuerpo: “El potasio elimina sodio a través de la estimulación de una hormona renal llamada calicreina y otros mecanismos que estamos investigando”, afirma Vio, quien junto con un equipo trabajan para encontrar nuevos tratamientos de las enfermedades renales y la hipertensión arterial.
El riñón desempeña un papel protagónico en la regulación arterial ya que produce hormonas como la calicreina y otras, que participan en el control del tono vascular y en la eliminación de sodio y agua. En este escenario, el investigador recalca lo importante que es contabilizar y reconocer nuestro consumo de potasio diario. “Sin embargo, no sabemos cuánto potasio estamos consumiendo debido a que este mineral no está contabilizado en el etiquetado de los alimentos procesados, ni fue incluido en la nueva ley”, asevera.
En Estados Unidos el aumento de la ingesta de potasio es considerado un tema de salud pública. Su presencia en comidas procesadas será incorporado en el nuevo etiquetado de los alimentos por orden de la Food and Drug Administration (FDA). “Tenemos evidencia de que las personas no están consumiendo suficiente cantidad de este mineral para protegerse de enfermedades cardiovasculares”, reza el informe, que agrega: “Si una persona tiene preocupación por su presión arterial debería prestar atención a los niveles de sodio y potasio que está consumiendo”.
Hipertensión, una epidemia global
La hipertensión arterial, es decir, el alza no controlada de la presión en las personas origina la mitad de las muertes en el planeta. Según un informe de la OMS, publicado en 2013, esta condición afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo y es un factor clave en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares como infartos y accidentes cerebrovasculares.
En Chile, el escenario es similar pues un 30 por ciento de la población padece de este mal, es decir, 3.600.000 personas según los registros de la última Encuesta Nacional de Salud, realizada por el Ministerio de Salud.
El nivel educacional de quienes padecen hipertensión es un factor clave en el desarrollo y prevalencia de este mal. Los datos que reveló la Encuesta Nacional de Salud establecen que un 51,1 por ciento de quienes desarrollan la hipertensión, tienen un nivel educacional considerado “bajo”. Estudios epidemiológicos en el mundo de la hipertensión, establecen que en países de altos ingresos un 46,7 por ciento de los enfermos de hipertensión son tratados y un 19 por ciento tienen su enfermedad controlada, versus los países de ingresos bajos donde un 40,8 por ciento de la población está al tanto de su enfermedad y 12,7 por ciento la tiene controlada.
“La solución para aquellos enfermos de hipertensión que no reciben tratamiento o fármacos de mala calidad porque pertenecen a un estrato económico y social bajo está en su alimentación. Aquellos pacientes deben comer menos sodio y más potasio. La dieta actual no solo debe contar calorías sino que contar contenido de potasio. Por lo mismo siempre recomiendo a los pacientes tratar de que su alimentación contenga la menor cantidad de alimentos procesados posible y la mayor cantidad de legumbres, como porotos, garbanzos y lentejas, verduras como espinaca repollo y acelga y frutas como pera, ciruela y damasco, o carnes pero naturales”, sentencia Vio.
CARE Chile UC: solución a enfermedades asociadas al envejecimiento
Las investigadores de CARE Chile UC están enfocados en conocer y entender los mecanismos de enfermedades asociadas al envejecimiento, puesto que establecer sus causas y desarrollo permitirá diseñar nuevos tratamientos que mejorarán la calidad de vida de una población que cada día es de mayor edad.
En este contexto, el centro desarrolla investigación de punta en males como el Alzheimer, hipertensión, obesidad, distrofia muscular, biología regenerativa, señalización celular, infarto cerebral y cáncer. Una de sus investigaciones relaciona el síndrome metabólico con la aparición de Alzheimer, así como estudios que avalan la utilización de la Hierba de San Juan para el tratamiento de esta letal enfermedad.
Fuente: www.dicyt.com
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