Históricamente la ciencia se ha mantenido en una esfera elevada que se distancia del ciudadano común para destinarse a un grupo de intelectuales de elite. Siempre visualizada en su complejidad, la investigación científica se ha encerrado en cuatro paredes y enfocado en temas específicos que se alejan de la vida cotidiana. Sin embargo, no tiene porqué ser así. Eventos científicos ocurren todos los días, en toda la acción de la naturaleza y en su interacción con el ser humano.
De esta base parte el biólogo y divulgador científico argentino de la Universidad de Buenos Aires, Diego Golombek, que además de contar con una completa formación teórica, se ha dedicado a contribuir como un enlace para acercar la ciencia a la gente. Según el especialista, además de ser una actividad profesional, la ciencia es una manera de mirar al mundo y de tratar de entenderlo. Es por esto que no es privativa de los científicos y puede y debe ser compartida con el resto de la sociedad.
Desmitificar al científico
Una de las formas de difundir la ciencia es contagiar a otros a estudiarla e investigarla. Iniciativas como el festival del conocimiento, Puerto de Ideas, son instancias enfocadas en la motivación y el acercamiento de los ciudadanos con el arte de las ciencias. De este modo, el argentino destaca la necesidad de potenciar la divulgación científica en Latinoamérica.
“Hay un motivo de fomento de vocaciones en ciencia y tecnología, y está claro que en nuestros países necesitamos que más jóvenes se vuelquen a estas carreras. Pero también es necesario contagiar el entusiasmo por el pensamiento crítico, por la mirada científica del mundo, en contraposición a tanto pensamiento mágico que abunda en América Latina”, señala Golombek.
La comunicación científica aparece como el único camino para acercar la disciplina a la sociedad y dar a conocer una serie de trabajos que se están realizando constantemente y en masa. La mayoría de los especialistas no trabajan sobre la ciencia aplicada, por lo que la única forma de compartir ese trabajo con los ciudadanos es simplemente contándolo.
De esa forma, el argentino manifiesta que la divulgación debería ser parte del trabajo científico, especialmente para aquellos que trabajan dentro del sistema público. “Hay también una necesidad de desmitificar al científico y su trabajo, humanizarlo, contar sus alegrías y pequeñas tragedias, considerarlo como parte de nuestra cultura”, agrega.
Todo vale en la divulgación
Golombek enfatiza que en la divulgación lo primordial es asegurar el rigor científico de lo que se esté contando, “esto no se puede comprometer de ninguna manera y una vez que esté asegurado, todo vale”, expresa. Y literalmente todo vale, existe plena libertad para dar rienda suelta a la imaginación y creatividad al momento de seleccionar las estrategias y formatos para comunicar la ciencia.
El argentino recomienda aprovechar al máximo los recursos que brindan los diferentes formatos: la literatura, la televisión, el cine, el teatro. El uso del arte, especialmente, es un modelo inusual y facilitador, que da un cariz de cercanía a la ciencia. Además agrega que no se puede ser excesivamente técnico, pero tampoco se puede tergiversar el lenguaje de la ciencia. “En divulgación científica, como en la revolución, hay que endurecerse pero sin perder la ternura jamás”, señala Golombek.
Avances en América Latina
En Latinoamérica la divulgación es un proceso que está en pleno cambio. En algún punto la poca comunicación pública de la ciencia era respaldada por los próceres científicos de la época, que buscaban mantener en una esfera elitista al conocimiento. Sin embargo, esto ha cambiado gracias a que “los científicos son cada vez más conscientes de la necesidad de compartir su conocimiento, pero también existen, y no desde hace mucho, periodistas científicos y divulgadores profesionales”.
Además, Diego Golombek reconoce un cambio en el público, ya que cada vez quiere saber más respecto a los avances científicos, “entendiendo que en una sociedad democrática es necesario estar enterado de los grandes temas de la ciencia y la tecnología”. “Estamos aún lejos de las actividades que se realizan en los países centrales, pero no cabe duda de que estamos recorriendo el camino adecuado”, sentencia.
Ciencia en todas partes
Corre el tiempo, pasan los días y la rutina, y en cada segundo que pasa eventos científicos se desatan a vista de todos. Son parte de la naturaleza y parte de la vida de todos los seres vivos, pero, debido a un prejuicio y desconocimiento, no se sabe de su existencia y origen. En este tipo de acontecimientos, Diego Golombek pone gran parte de su atención.
“Tanto en divulgación como en educación científica se suelen ofrecer respuestas a preguntas que la gente nunca se ha hecho, y el que no haya podido dormir hasta que se descubrió el ‘bosón de Higgs’ que tire la primera piedra”, sentencia el especialista, haciendo referencia a la también conocida como partícula de Dios.
Como divulgador científico, la idea no es entregar un conocimiento sobre fenómenos que no tienen ningún tipo de cercanía con las personas, sino que se centra en las simplezas de todos los días, donde hay muchísima ciencia esperando en las cosas que pasan cotidianamente. Esta fascinación por lo común y corriente es lo que motiva al argentino a no dejar pasar las oportunidades de encontrar la ciencia.
El mundo de las ideas
La ambigüedad del denominado “mundo de las ideas” es el punto de partida para la conferencia que Diego Golombek presentará en la versión 2015 de Puerto de Ideas en la ciudad de Antofagasta. Para esto comenzará desde el inicio, desde cómo se construyen las ideas científicas. Sin embargo, señala que por sobre esto se centrará en una nueva disciplina que intenta entender cómo se estudian científicamente las ideas, cómo se construyen y cómo la ciencia ayuda a identificar y promover la creatividad.
La charla es un tema de interés general, pensado para todo tipo de público, que abordará ejemplos de la historia de la ciencia en que grandes descubrimientos parecen haber sido realizados “por casualidad” para descubrir que no y que, “como decía Pasteur, las ideas sólo acuden a las mentes preparadas para recibirlas. Veremos también ejemplos de cómo funciona el cerebro a la hora de tomar de decisiones y, en definitiva, entendernos a nosotros mismos”, agrega Golombek.
Además se considerarán temas sobre cómo el conocimiento del cerebro aporta a pensamientos divergentes y originales, se hará un repaso sobre la ciencia de las ideas, el estudio sistematizado de la creatividad, el insight y las relaciones entre ciencia y arte.
Humor en el laboratorio
El intelectual se diferencia por emplear el humor como una técnica de difusión efectiva. Como parte de su sello está el bromear para facilitar la presentación de los temas de carácter científico, que los suele plantear desde una perspectiva descubierta de complejidades. Así, afirma “se puede ser serio pero no solemne, simple pero no infantil, riguroso pero ameno. Ese es, justamente, el desafío a la hora de contar la ciencia”.
Un desafío que implica un ojo agudo capaz de hablar en palabras simples la profundidad de la ciencia. Además de la necesidad de acercar al científico a las personas, al profesional que trabaja encerrado entre paredes de vidrio, con números y objetos ajenos a los problemas cotidianos. Para ello Golombek considera que hay que abrir esas puertas y encantar a la sociedad con un mundo desconocido tras los libros de ciencias.
“Contrariamente a lo que piensa la mayoría de la gente, los científicos… son divertidos. Entrar a un laboratorio puede ser una experiencia muy placentera, con sus festejos de los hallazgos o los cumpleaños. Ese mismo humor que ocurre hacia adentro debe ser mostrado hacia afuera, a un público que seguramente trae consigo al arquetipo hollywoodense de científico loco e inentendible, y mostrar con humor cómo se construye el conocimiento en la ciencia”, expresa el especialista argentino.
Con un vasto currículum como licenciado y Doctor en Biología de la Universidad de Buenos Aires, profesor en la Universidad de Quilmes e investigador principal del Conicet, Diego Golombek actualmente se encuentra volcado a la comunicación pública de la ciencia. En este sentido, el biólogo especialista en neurociencias ha sido colaborador y redactor de diversos medios gráficos como Página/12, Perfil, Clarín y Debate.
Además de guionista y conductor de programas televisivos de divulgación científica, como Científicos Industria Argentina, La fábrica y Proyecto G.
Gracias a su labor profesional ha sido reconocido con el Premio Nacional de Ciencias Bernardo Houssay, la Beca Guggenheim, Konex en comunicación, Public Understanding of Science (TWAS) y el premio IgNobel.
La charla “Las ideas de la ciencia” tendrá lugar el día sábado 11 de abril a las 12.30 horas en el Ferrocarril de Antofagasta.
Fuente: Diario El Mostrador
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