El objetivo es lograr una propuesta que esté acorde a los estándares exigidos tanto nivel nacional como en Europa y Estados Unidos. Cabe destacar que esta joven emprendedora además participa en el concurso Acelera tu Start Up con este mismo proyecto.
En la Hackathon del Fin del Mundo desarrollada por The Hack Way, alcanzó el segundo lugar con otra idea, denominada Pío Pío; una aplicación que identifica la especie de las aves con el silbido de ellas. Además, es parte del proyecto de financiamiento colectivo con Broota.
¿En qué consiste el proyecto?
El proyecto Pulengium es el corazón de la empresa que nos mantiene unidos. Nació como una tarea dentro de nuestra carrera de Ingeniería en biotecnología vegetal y los profesores nos dijeron que tenía harto potencial. Luego, postulamos a Innova Bío Bío y ha seguido el curso natural.
Pulengium es una pasta cicatrizante para poda que se usaría en frutales mayores. Es un producto orgánico, que permitiría que los agricultores obtengan las certificaciones tanto en Chile como en el extranjero. Estas normas son diferentes en la Unión Europea y en Estados Unidos.
Nosotros queremos permitir la exportación de productos de frutas chilenas y orgánicas, ojalá regionales, hacia el exterior.
A raíz de este producto, descubrimos más problemas en la agricultura, sobre todo en nuestro país. A pesar que tenemos buenas fronteras biológicas, donde no ingresan tantas plagas, tenemos algunas polillas y otros insectos que sí producen pérdidas. Con el objetivo de solucionar problemas nació Bio Sol Ltda, aquí nosotros brindaríamos consultorías y revisaríamos caso a caso con nuestros clientes qué otros problemas tienen.
Como emprendedores de esta área, lo que nos motiva es la creatividad y solucionar más problemas, no enfocarnos en solamente uno. Por eso nació la idea de crear la empresa.
¿Quiénes son los que conforman el proyecto?
En un comienzo éramos tres. Sin embargo un compañero tuvo que abandonar el proyecto. BioSol lo conformamos como socios Sebastián Morales y yo. Además tuvimos la idea original y estamos trabajando desde el 2012 en este proyecto. Integramos a Josefa del Pino, ella está terminando su proceso de titulación y es ingeniero. Ella será la cabeza fría del proyecto, verá el área comercial.
¿Cómo nace la idea de Pulengium?
Partió el año 2012, nosotros estábamos en cuarto año de la carrera. Teníamos un ramo llamado Taller de biotecnología en industrias. Aquí debíamos crear un proyecto y basarlo en un modelo Fondecyt.
Nosotros no estamos ligados a la Biotecnología muy moderna, la mayoría de mis compañeros estaban buscando genes y cosas súper innovadoras. Nosotros pensamos en que hay un montón de plantas y cosas que ya existen en este planeta, que tienen funciones interesantes. Inventar algo nuevo no es necesario. Pensamos en el área de la agricultura, porque es un campo importante para Chile. Pensamos en mejorar técnicas que ya son utilizadas.
En Chile, los agricultores tradicionales usan cera de abeja al momento de la poda, para sellar esa herida. Nosotros consideramos mejorar esa práctica, pero añadiendo el aceite esencial de poleo. Es una hierba que tiene propiedades anti fúngicas y antibacterianas que están comprobadas. Buscamos bibliografía al respecto y después creamos el producto.
¿Cuál es la innovación que ofrece Pulengium frente a productos similares en el mercado?
Nosotros tenemos dos competidores directos, que son dos pastas que se usan para sellar heridas de poda y que están como orgánicas. El problema es que ninguna de las dos pastas, de acuerdo a sus ingredientes, estarían preparadas para ser certificadas para las normas europeas o de Estados Unidos. Bajo las normas chilenas sí cumplen con los estándares, pero no para la exportación.
Este sería el primer producto orgánico de principio a fin y que no estaría agregando nada sintético al proceso de producción de la fruta. Por ejemplo, alguno de nuestros competidores directos, la base en la que se sustenta el principio activo, que en nuestro caso es el poleo, nosotros lo sustentamos en la cera. Los demás lo hacen a través de un hongo y lo sustentan a través de látex, éste ya es un derivado del petróleo y no sería orgánico.
¿Cuáles son las mayores dificultades en el área de negocio?
Fue muy difícil pensar en el área comercial. Es complicado llegar a quién será el usuario final. Esto de cambiar una tradición por algo que podría funcionar mejor es una de las cosas más difíciles que debemos enfrentar. Hemos visto modelos de negocios que nos permitan persuadir a nuestros clientes y utilizar estrategias que sean más personalizadas y presenciales. Enseñar a utilizar el producto y hacer un seguimiento. Tenemos a gente cautiva, pero es lo más difícil.
Como competencia general tenemos empresas que están posicionadas en el mercado. Complicado competir con empresa que tiene tantos años de experiencia.
¿Cómo se gestó la participación en IncubaUdec?
Cuando estaba en pregrado, personal de IncubaUdeC fueron a darnos una charla, para el mismo ramo donde nació esta idea.
Después, dentro de los evaluadores del proyecto final, también había gente ligada a la Incubadora. Nos dijeron que sí. Cuando postulamos a Innova, lo hicimos de manera independiente, ya estábamos titulados. Le pedimos a IncubaUdeC que nos patrocinen y es lo mejor. Uno no debe preocuparse de muchas cosas. Entre todo el tiempo que uno ocupa en investigación, no estar preocupado por los informes, es bien útil. Las reuniones, los start up, los pitch ayudan realmente, a partir de esto logras explicar y vender tu producto.
¿Cuáles son los planes a futuro?
Vamos a postular al capital semilla, modalidad perfil. Para el 2015 haremos el análisis de mercado y debemos terminar con las certificaciones de nuestros productos. Queremos que Pulengium tenga las certificaciones orgánicas al menos en Chile y tenemos que hacer todo el empaquetamiento. Salir de la Región del Bío Bío.
Luego, quisiéramos continuar con el capital semilla para aumentar la distribución.
¿Qué tal difícil es innovar en tu área?
En lo personal me encanta innovar, siempre tengo ideas y me gusta crear. En nuestra área nos motivan harto. Hablar de Biotecnología no puedes pensar en algo que ya se hizo. Siempre se debe intentar estar adelante del resto. Eso nos enseñaron y nos marcó, pero siempre dando nuestro propio sello.
No es necesario crear cosas nuevas, hay que darles un uso distinto. Eso mismo que ya está, aplicarlo, buscar la sustentabilidad y desarrollarlo. Hay que volver a lo natural, a los orígenes y mejorarlos. Está todo para innovar, hasta nos dan plata para trabajar nuestras ideas. Hay que aprovecharlo.
Fuente: www.incubaudec.cl
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