Hace trece años viajó a París para realizar su doctorado en inmunología. Hoy se dedica a identificar mutaciones que alteran la regulación del sistema inmune.
Es bioquímico, estudió en la Universidad de Chile, tiene 39 años y lleva más de 13 años viviendo en París. Fernando Sepúlveda, llegó en 2005 para hacer un doctorado en Inmunología en la actual Universidad Sorbonne Paris Cité. Su tesis la hizo en el Laboratorio de Inmunidad y Cáncer del Instituto Curie y hace dos años es investigador permanente del Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS por sus siglas en francés) de Francia. Hoy tiene un diplomado HDR en esta misma universidad, certificación que le permite dirigir su propio laboratorio y supervisar el trabajo de estudiantes de doctorado.
Sus actividades de investigación las realiza en el Instituto de enfermedades genéticas Imagine (Institut de Maladies Genetoques du hopital Necker), en el Laboratorio de Homeostasis Normal y Patológica del Sistema Inmune.
Hace unas semanas, el trabajo de Sepúlveda fue portada de la revista especializada Nature Genetics al descubrir que un tipo particular de cáncer es en realidad una enfermedad hiper inflamatoria que se produce porque el sistema inmune no tiene un botón de “apagado” (en este caso, falta la proteína TIM-3 que hace de freno y regulador del sistema).
“Ese trabajo es fruto de una colaboración de distintos equipos de investigación de Francia y Canadá y otros equipos clínicos”, explica. Los investigadores descubrieron dos mutaciones que son las responsables de una forma rara de linfoma (que afecta a la piel) llamado Paniculitis subcutánea linfoma T (LTSCP).
“Tanto nosotros, el equipo francés, como el equipo canadiense, habíamos identificado las mutaciones en el gen de la proteína TIM-3 como la causa genética de este síndrome. Y cuando nos dimos cuenta que estábamos trabajando en el estudio del mismo gen, decidimos unir nuestros esfuerzos y juntar los datos para entregar un mensaje científicamente más robusto”, señala. La planificación e implementación del estudio, fue labor de Sepúlveda.
Este trabajo puede tener implicancias importantes en el tratamiento del cáncer, de enfermedades autoinmunes o autoinflamatorias y al mismo tiempo, “pone una señal de alarma acerca de las posibles consecuencias que la manipulación de estos “puntos de control” del sistema inmune pueda tener en ciertos pacientes”, indica.
El laboratorio en el que trabaja Sepúlveda está abocado a comprender las bases genéticas, moleculares y celulares de enfermedades que afectan el sistema inmune, usando como paradigma el estudio de enfermedades raras causadas por mutaciones que afectan genes reguladores del sistema inmune. Personalmente, está dedicado a identificar mutaciones que alteran la regulación del sistema inmune, y una vez identificadas, comprender los mecanismos moleculares involucrado, además de entender cómo alteraciones en la capacidad de moverse (o de migrar) de las células del sistema inmune, influye en el desarrollo de las patologías que afectan a estos pacientes.
Tiene ganas de volver a Chile, principalmente por los lazos afectivos y familiares. Sin embargo sus proyectos de investigación son de mediano y largo plazo. “A partir de enero empiezo con mi propio laboratorio en el Instituto Imagine, así que no tengo planes de volver a Chile pronto. La idea de volver sería más adelante, para volver siendo un científico establecido y consolidado. Estoy tratando de establecer conexiones con Chile. De hecho, creo que uno siempre puede contribuir al desarrollo o fomento de la ciencia, aun estando en el extranjero. Por ejemplo, consiguiendo estudiantes chilenos para realizar estudios acá en París, o estableciendo colaboraciones que faciliten el intercambio tecnológico o científico”, señala.
Por Cecilia Yáñez.
Fuente: La Tercera.
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