Extraer tumores malignos a través de cirugía, es una de las técnicas más comunes que se emplean en la lucha contra el cáncer. Sin embargo, existe gran riesgo de que tras la operación, algunas células cancerígenas queden adheridas al tejido cercano, llevando a la aparición de recidiva –regresión- o de su propagación por el organismo generando metástasis.
A fin de combatir estos graves problemas, que muchas veces desencadenan la muerte, el doctor Andrew Quest, investigador principal del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (Accdis), está desarrollando una tecnología única en el mundo: una nueva formulación que aplicada en la zona de la cirugía, tras la extirpación del tumor, promete evitar la proliferación y migración de células malignas.
Las investigaciones se han focalizado en combatir melanoma, un tipo de cáncer de piel altamente agresivo que en nuestro país tiene una prevalencia del 2,2% en cada 100 mil habitantes, y con una tasa de mortalidad cercana al 20%, escenario preocupante para este centro de excelencia.
Nuevo medicamento
Según detalla Quest, “la gracia de esta innovación, es que al nuevo medicamento,-elaborado a partir de componentes naturales y seguros-, se le añaden inhibidores específicos de ciertas moléculas que están involucradas en el desarrollo de la recidiva y metástasis”. De esta manera, los compuestos terapéuticos se liberan en la zona que podría tener células malignas, evitando así la regresión del cáncer.
Dichos estudios ya han mostrado exitosos resultados en modelos animales y líneas celulares y se estima que la estrategia también traerá beneficios en cáncer gástrico, de mama y colon. Esta innovación biomédica, desarrollada en conjunto con los doctores Marcelo Kogan, Simón Guerrero y Felipe Oyarzún – todos investigadores de Accdis- espera ser patentada próximamente, en una alianza con la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Chile.
Suprimiendo tumores
Los avances de Andrew Quest en el combate de melanoma y otros cánceres, se han desarrollado tras años de investigaciones. La base de estos hallazgos, consiste en el descubrimiento de la función dual de una proteína llamada Caveolina, en distintas etapas de la enfermedad. Según determinó el especialista, dicha molécula actúa en estados tempranos como supresor de tumores, y en escenarios avanzados como un detonador de la metástasis. Para analizar esto último, se realizaron experimentos en modelos celulares y ratones afectados por melanoma.
Tal como sucede con pacientes, a éstos se les practicó cirugía extirpando el tumor, y en ese contexto se analizó el rol de Caveolina, observado que la presencia de ésta fomentaba el desarrollo de metástasis, especialmente en el pulmón. “Y en el caso de la función supresora y benéfica de la proteína, descubrimos que este rol ocurría cuando Caveolina se unía a otra proteína, llamada E-caderina. Esta unión inhibe la expresión de una gran cantidad de genes relacionados con proliferación celular, migración celular y función antiapoptótica».
«Lo describimos in vitro y vimos que cuando actuaban ambas proteínas juntas el tumor no crecía más, y los ratones vivían más tiempo. Pero además, observamos que este mecanismo funcionaba en diferentes tipos de cáncer, como de colon, mama, y gástrico, lo que nos plantea posibilidades interesantes para tratamientos”, agregó.Los resultados de estos experimentos fueron publicados en la Revista internacional Pigment Cell and Melanoma Research, uno de los medios más prestigiosos de la sociedad europea referidos a este tipo de cáncer.
Proyecciones clínicas
Según explica Quest, el desarrollo de cánceres es, por lo general, un proceso muy lento, que puede tomar entre 20 a 30 años, período en el que se van generando cambios diversos y sutiles a nivel celular los que, finalmente, gatillan la aparición de tumores. En ese contexto, las investigaciones de los últimos años se han orientado a la búsqueda de genes que actúan como supresores o bien como oncógenos, y al mismo tiempo, al descubrimiento de estrategias que permitan inhibir estos últimos, y por el contrario, ayudar a promover aquellos “guardianes”, que suprimen tumores.
Considerando este escenario, el investigador principal de Accdis está optimista con estos avances que integran ciencia básica y clínica. A la fecha ya han probado algunos inhibidores que han funcionado exitosamente para inhibir la Caveolina cuando se encuentra sola. Otro objetivo es estudiar nuevos compuestos que impidan la desaparición de E-caderina, evitando así que se genere metástasis.
“Si logramos avanzar exitosamente, nosotros proyectamos el escenario siguiente: al paciente con cáncer se le realiza una pequeña biopsia, sabiendo que ahí se expresa Caveolina 1, lo que es marcador de mal pronóstico. Y luego, se realiza la cirugía para extirpar el tumor y en ese momento se emplea el tratamiento con el nuevo medicamento que contiene el inhibidor. Así, uno podría imaginar que esta terapia, realizada con nanotecnología, logre bloquear selectivamente ciertos procesos, preservando así su capacidad como supresora de tumores”, comenta Quest.
Poder combatir el cáncer con esta estrategia, es una alternativa que podría tener gran impacto en la salud, según estima el investigador. Esto, considerando que “los tratamientos sistémicos contra el cáncer no son selectivos, son muchas veces ineficientes, y tienen efectos secundarios en los pacientes”. Una vez se logre patentar la invención, los investigadores esperan avanzar con los experimentos e idealmente, convocar el interés de nuevos aliados estratégicos que contribuyan a llevar este adelanto a la fase de ensayos clínicos y posteriormente, a la comunidad.
Fuente: www.elmostrador.cl
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