En Estados Unidos casi la mitad de los «disclusores» universitarios -proceso en el que los investigadores dan a conocer su tecnología a las oficinas de transferencia y licenciamiento- tienen potencial comercial. En Chile, en tanto, se calcula que la cifra ronda el 10%.
El que la investigación universitaria no se esté traduciendo de forma más contundente en iniciativas empresariales es algo que preocupa a las autoridades. Durante los últimos años, la Corfo ha desarrollado varias iniciativas para potenciarla y prueba de ello son los programas como «Go to market», instrumentos de fortalecimiento de capital humano para transferencia o el apoyo a las OTL de las universidades. Pero el impulso parece no estar siendo suficiente. Es por eso que algunos programas serán sometidos a evaluación y se está diseñando una nueva estrategia para conseguir que más empresas hagan germinar la investigación científica.
Más masa crítica
Marcela Angulo, gerenta de Desarrollo de Capacidades Tecnológicas de Corfo, comenta que la meta es dar «un salto cuántico» en términos de escala y de las competencias que necesita Chile para sacar adelante una gran cantidad de casos exitosos. Para eso, agrega, es necesario generar una masa critica y modelos asociativos entre varias universidades. «Estamos preparando unos hubs de transferencia tecnológica, donde queremos que varias universidades, centros de investigación y tecnológicos e inversionistas de riesgo se asocien», comenta.
Según explica, la idea es que los recursos destinados a estos hubs sean de un orden de magnitud similar a los que la Corfo está entregando hoy a través de sus distintos programas, pero que sean los mismos hubs los que los operen. «Ya tenemos el ecosistema, las OTL, una red de gestores tecnológicos, y ahora vamos a trabajar para crear estos dos o tres hubs en Chile», dice Angulo, agregando que la idea es que estas agrupaciones tengan portafolios tecnológicos capaces de salir a los mercados.
Recomendaciones
En ese proceso de diseño, la Corfo ha recibido recomendaciones de diversas organizaciones, entre ellas SRI, una de las compañías pioneras en materia de innovación en el mundo. Dennnis J. Tsu, director ejecutivo del Centro de Liderazgo en Innovación de la entidad, dice que el problema de la desconexión entre las universidades y el mercado no es particular de Chile y que se debe a que por siglos los profesores han estado enfocados en escribir papers y libros. «Cambiar esas conductas y llevarlas hacia un enfoque más centrado en la comercialización es difícil y toma tiempo», explica. El experto hace hincapié en que en Chile las universidades estatales -como la Universidad de Chile o la Usach- tienen que definir cuál es su modelo. «Decidir, por ejemplo, si es que pueden crear startups , ser accionistas y percibir ganancias por eso, como ocurre con las universidades públicas en EE.UU.», explica. Recomienda también que las entidades establezcan regulaciones que determinen si los dueños de las innovaciones creadas bajo su alero son los científicos o las universidades y para quién son las regalías.
La semana pasada Dennnis J. Tsu estuvo de visita en Chile como parte de un bootcamp del programa «Go to market», que busca ayudar a proyectos innovadores a llegar al mercado. En su caso, dice que SRI ha sido mentor de cerca de 100 emprendimientos, 17 de esos emprendedores han viajado a Silicon Valley y 4 lograron levantar dinero. «Para un ecosistema como el chileno el resultado ha sido tremendamente exitoso», dice.
Fuente: Diario El Mercurio
¿Quieres dejar un comentario?