Cristhian Urzúa, médico especializado en Oftalmología, decidió dedicarse a la investigación para comprender los efectos de los tratamientos contra la Uveítis.
Médico-Cirujano de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Cristhian Urzúa decidió salir del camino profesional habitual de otros médicos, pues luego de especializarse en Oftalmología en la Universidad de Chile, emprendió un proceso de especialización en Ciencias Básicas.. Luego, en 2014, partió al National Institutes of Health (NIH) en Maryland, Estados Unidos, a realizar su postdoctorado en Clinical Inmunology, con un enfoque en la disciplina en la cual se desempeña como clínico, las patologías inflamatorias intraoculares o Uveítis.
De acuerdo al médico, siempre tuvo la idea de hacer investigación porque “ya tenía algunas experiencias en investigación clínica, pero quería desarrollarme en el ámbito de las ciencias básicas, estudiando los aspectos celulares o moleculares de estas enfermedades, con énfasis en la generación de conocimiento aplicable al paciente con trastornos inflamatorios oculares. Sobre todo considerando que a nivel global el desarrollo de la investigación en Uveítis no es tan explosivo como en otras disciplinas, tales como Medicina Interna o Cardiología u Oncología. Es así como se presenta una veta importante, sobre todo acá en Chile”. Por esa razón, y aún viviendo en el país, hizo su tesis básico-clínica en uno de los tipos de inflamación de la úvea, desarrollando un biomarcador predictor de la respuesta a tratamiento.
En su traslado al NIH trabajó con el doctor Robert Nussenblatt, una figura bastante destacada en el área de la inmunología ocular, con más de 500 publicaciones y el libro principal para los clínicos sobre esta disciplina. Esta posibilidad se suscitó debido a la similitud de temas que estudiaban ambos profesionales. “Como yo ya tenía la especialidad y me estaba dedicando al manejo y estudio de pacientes con Uveítis, necesitaba un mentor como él, alguien que fuera clínico, que hiciera Uveítis y que además publicara en inmunología ocular. Entonces salió esta oportunidad, fui para allá y al poco andar presenté los resultados de mi tesis en Chile, y la verdad es que estaba en concordancia con lo que ellos estaban haciendo, pero con un abordaje novedoso por lo que les interesó mi postura”, asegura.
Ya con un espacio en el laboratorio, Cristhian inició su proyecto de postdoctorado, con el que estudió potenciales biomarcadores de respuesta a tratamiento en pacientes con Uveítis, dedicando especial importancia al efecto que tiene el tiempo en que se demora el profesional en recetar el medicamento apropiado. En otras palabras, “los pacientes con enfermedades inflamatorias intraoculares, requieren habitualmente un tratamiento sistémico, empezando con el uso de corticoides y, como segunda línea de ataque, los inmunosupresores. Entonces nuestra pregunta era la importancia de categorizar tempranamente a los pacientes como respondedor o no respondedor a la primera línea de tratamiento. En este sentido, ¿qué pasa ahí? ¿El paciente queda mejor, peor o da lo mismo?”, comenta Urzúa sobre lo que fue uno de sus primeros papers clínicos. Y agrega que, luego de realizar la investigación, pudieron apreciar que el tiempo que el profesional demora en iniciar el inmunosupresor, determina cómo queda el paciente en cuanto a visión a futuro. Así, los pacientes resistentes a corticoides (primera línea de tratamiento) que empezaron antes con el inmunosupresor (segunda línea) tuvieron mejor visión que aquellos con los que se empezó después el tratamiento.
“Pudimos determinar la importancia de saber precozmente si el paciente no va a responder bien a los corticoides; a continuación, describimos una serie de características clínicas del paciente y un biomarcador que está presente al diagnóstico, que nos permiten conocer la probabilidad de presentar resistencia a los corticoides y, por ende, tomar decisiones precoces en cuanto a la indicación de la terapia, incluyendo en forma personalizada y temprana a cada paciente en el grupo de tratamiento adecuado”.
Fruto de este trabajo llevado a cabo bajo el alero de la Universidad de Chile durante el período de tesis, se desarrolló un examen como test predictor de respuesta a tratamiento con corticoides, el cual ya tiene el trámite de solitud de patente presentada en INAPI y la idea es que, con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad, prontamente esta patente sea sometida a un proceso de licenciamiento, generándose la transferencia tecnológica y, de este modo, que un día pueda ser usado en hospitales en el manejo de los pacientes con enfermedades auto-inmunes.
“En el desarrollo de este test, hemos establecido colaboraciones interdisciplinarias con distintas facultades y disciplinas, tales como Química y Farmacia o Economía y Negocios. La idea es que ellos hagan el empaquetamiento tecnológico y el plan de negocios y hagan lo que saben hacer mientras yo me dedico a lo que sé hacer, a la parte de investigación”, agrega.
Son estas colaboraciones las que el investigador chileno considera particularmente importantes, pues, en sus palabras, si se quiere hacer un buen trabajo, una buena comunicación y obtener buenos resultados, es muy importante tener diferentes centros reclutadores de pacientes, equipos interdisciplinarios y diferentes ideas.
En cuanto al retorno a Chile, este es un tema que motiva a Cristhian, “porque en Chile pudimos generar un grupo de gente joven que tiene muchas ganas de hacer cosas nuevas y de salir a otras partes a hacer un postdoc o especialización médica, entonces es gente que quiere hacer investigación y de calidad”, finaliza.
En la actualidad, Cristhian está partiendo a Reino Unido para profundizar su conocimiento y adquirir entrenamiento clínico con un Fellowship clínico en Retina y Uveitis en el Bristol Eye Hospital y en el Moorfields Eye Hospital de Londres, una de las instituciones oftalmológicas de mayor prestigio a nivel mundial.
Por Daniela Abarca G.
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