Psicóloga y Doctora en Neurociencias, Katica Boric decidió abordar su carrera científica desde otro ángulo. Es así como desde 2015 es parte de la organización “Science from Scientists”, que busca promover la ciencia en colegios de California y Massachussets.
Cuando Katica Boric llegó a Estados Unidos en 2013 no tenía claro cuál sería su futuro laboral. Su marido, también científico, había conseguido un postdoctorado en Cambridge, pero ella aún no dilucidaba si la academia era el camino que deseaba continuar. Psicóloga de profesión y con un doctorado en neurociencia realizado en el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV), todo parecía indicar que el postdoctorado era el paso a seguir.
En su paso por el CINV había trabajado con la doctora Kathleen Whitlock en biología del desarrollo, específicamente utilizando embriones de pez cebra como modelo para estudiar los efectos del etanol en la migración de las células de la cresta neural craneal y dilucidar cómo se producen las malformaciones en éstos. Los resultados de esa investigación fueron buenos, ya que encontraron que “más que un aumento en la muerte celular, que es lo que se creía siempre, se produce un problema de migración de estas células, el etanol las desorienta, migran a lugares que no deben”, señala Boric.
Sin embargo, una vez establecida en Norteamérica, la posibilidad de continuar con la carrera académica se empezó a desvanecer. Se dio cuenta que su motivación como científica no iba por el lado de tener su propio laboratorio ni algo por el estilo, así que decidió comenzar a buscar un empleo que le permitiera ampliar el espectro de habilidades y herramientas de trabajo.
Al comenzar con esta búsqueda, pudo dimensionar el esfuerzo que implica conseguir empleo en Estados Unidos. “El tema de buscar trabajo acá es un trabajo en sí mismo, tienes que hacer contactos y el networking es fundamental porque tu mandas CVs, pero si no conoces a nadie donde postulas es más difícil que te consideren. Hay incluso actividades para conocer gente, existen empresas que te revisan el CV, hay todo un sistema, el cual yo desconocía. Incluso, existen cursos donde te enseñan hasta a cómo dar la mano, a cómo ir vestida a una entrevista, cómo tener presencia en las redes sociales, etc. Así que estudiar y acostumbrarse a todo eso me tomó mucho tiempo”, afirma.
A pesar de lo difícil que fue poder insertarse en el mercado laboral estadounidense, logró ingresar a trabajar en un lugar que combinaba un poco de su experiencia académica y los deseos que tenía de vivir nuevas experiencias. Este lugar fue un laboratorio que estudia epilepsia en el departamento de Neurología del Massachusetts General Hospital (MGH), donde trabajaban con los resultados de los electroencefalogramas y datos clínicos de pacientes infantiles con Síndrome de West (un tipo de epilepsia infantil), y buscaban datos específicos para un estudio multinacional, de modo de crear guías de tratamientos.
Si bien allí aprendió muchas cosas nuevas, había una idea que rondaba fuertemente por su cabeza desde hacía un tiempo: trabajar en educación científica en colegios. Hace unos años atrás, en el período en que realizaba su doctorado, su jefa de aquel entonces creó un programa de apoyo a un colegio de riesgo social de Playa Ancha, Valparaíso, llamado “Ciencia Al Tiro”, mediante el cual enseñaban ciencia a los alumnos a través talleres y clases entretenidas. En esta iniciativa, Katica vio el impacto que el conocimiento del investigador podía tener en una sala de clases.
Con el recuerdo fresco de esta experiencia en su memoria y la motivación por dirigir su carrera hacia esa área, luego de hacer un alto por maternidad, postuló a “Science from Scientists”, organización sin fines de lucro de Estados Unidos, cuyo objetivo es promover la ciencia en los niños de middle school (un equivalente a los cursos entre 5º y 8º básico en Chile). Para ello, hacen talleres de ciencia entretenida en los colegios, dos veces al mes, en conjunto con el profesor de ciencias del establecimiento. Existe además un equipo de instructores, todos profesionales del área de las ciencias, que se dedican específicamente a realizar las clases, otros diseñan los talleres y otros organizan actividades (como el campamento de verano). Actualmente, “Science from Scientists” trabaja con colegios de California y Massachussets.
Para Katica, el trabajo conjunto entre comunidad escolar y científica permite que se pueda lograr un impacto muy grande. “El rol del científico es fundamental porque tiene conocimiento ‘experimental’ directo, pero no siempre tiene experiencia dando clases a niños. En ese sentido, el apoyo del profesor en temas pedagógicos también es crucial”.
Sumado a lo anterior, desde que aterrizó en Boston ha participado activamente de la agrupación Nexos Chile-USA, que busca apoyar y agrupar a científicos chilenos que se encuentran realizando sus estudios en Estados Unidos. Para ella, el rol de la organización ha sido bastante positivo porque “ayuda mucho a la gente que se va a venir, siempre nos contactan y nos piden consejos. Varios de los miembros de la red han escrito documentos que relatan cosas importantes para la llegada. Es una complejidad cambiarse de un país a otros y siempre vas a querer tener un chileno con quien hablar, con quien salir y aquí hay hartos”.
Por Catalina Valencia Antillanca
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