Para contar cómo ha sido mi experiencia en Lab4U debo volver unos cuantos meses a principios del 2013 cuando, finalizando mis estudios en biotecnología, comenzaba a cuestionarme el ¿y ahora qué? Una de la opciones era continuar con un doctorado en ciencias y así desarrollarme profesionalmente para luego seguir con el post doctorado, tener mi línea de investigación con mi propio laboratorio, dictar clases en alguna universidad, y quizás un día ser director de algún importante proyecto. Sin embargo, era un futuro relativamente fácil de prever, es decir, sabía lo que tenía que hacer para alcanzar tales objetivos y eso le restaba emoción y adrenalina. En búsqueda de nuevos desafíos y oportunidades busqué orientar mi carrera científica hacia un lado más empresarial con una visión de emprendimiento e innovación, pero nunca dejando de lado el mundo científico. Por esta razón, y luego de analizar las diversas alternativas, decidí continuar mis estudios realizando un diplomado en gestión de empresas. El gran desafío era que no sabía cómo iba a aplicar todo el conocimiento que fuese adquiriendo en el camino.
En ese entonces conocí a Komal Dadlani, CEO de Lab4U, una empresa en etapa temprana que desarrollaba aplicaciones móviles educacionales orientadas a solucionar el gran problema que es la carencia de laboratorios o equipamientos de experimentación científica dentro de los colegios, otorgando soluciones de bajo costo que permiten utilizar los Smartphones como instrumentos científicos. De esta manera, se le daba a todos los estudiantes la oportunidad de experimentar con un laboratorio en sus bolsillos. A Komal le expresé mis ganas de involucrarme en su proyecto para contribuir en todo lo que fuese necesario y así poner en práctica mi nuevo conocimiento. La idea me parecía bastante loca, pero desafiante y motivante a la vez. Sobre todo cuando las cosas en Lab4U no pintaban muy bien, lo que presentaba un desafío mucho mayor.
El grado de incertidumbre en el futuro de Lab4U era sumamente alto dado que carecíamos de financiamiento y la mayoría de las operaciones se encontraban detenidas. Sólo contábamos con las ganas de sacar la iniciativa adelante para mejorar la educación científica. En esta etapa, el equipo fue una parte esencial para no rendirse en los primeros round y continuar avanzando a pesar de lo difícil que fuese. Creo que todos teníamos claro cuáles eran nuestro objetivos y visión. Estábamos ahí no para hacernos millonarios, ni porque estuviésemos buscando un puesto de trabajo seguro, (de ser así este hubiese sido el último lugar en que hubiésemos decidido estar), estábamos ahí persiguiendo un sueño y una visión mucho mayor, de logros y éxito personal. Buscábamos resolver problemas y contribuir al desarrollo de la sociedad, y también buscábamos aprender y crecer como personas a partir de las experiencias de éxitos y fracasos.
Compartimos nuestro proyecto y visión con muchas personas, algunas creían en nosotros y otras no. Muchas veces se nos cerraron puertas, pero fuimos perseverantes y aprendimos y mejoramos a partir de las muchas críticas que recibimos. Es fundamental escuchar la opinión del resto de las personas, sin embargo, lo clave es tomar aquellas críticas constructivas que agregan valor e integrarlas rápidamente a modo de mejorar cada día. Si crees que estás haciendo todo muy bien y dejas de escuchar al resto porque piensas que ellos están equivocados, entonces estás perdido.
Luego de varios meses de incertidumbre y de no contar con un sólo peso, continuamos perseverando, mejorando nuestra propuesta de valor y aprendiendo de diversas disciplinas, tales como, negocios, inversión, gestión, programación, diseño, etc. (¡Cosas que antes eran totalmente desconocidas!) Esto nos permitió desenvolvernos de mejor manera frente a los diversos escenarios a los que nos enfrentábamos, lo cual generó que de un momento a otro los comentarios fueran cambiando positivamente. Demostramos que podíamos lograr muchos objetivos, abriéndose muchas puertas y presentándose nuevas oportunidades. Encontramos financiamiento de grandes personas ligadas al mundo científico y de empresas que entendieron cuál era nuestro propósito y visión. Asimismo, durante ese período buscamos el apoyo de Fundación Ciencia & Vida quienes nos abrieron las puertas entregándonos su apoyo, consejos, entusiasmo y pasión. Definitivamente, esto nos hizo sentir que no estábamos solos en la cruzada de crear un mejor futuro para la educación científica de los más jóvenes en Chile y el mundo.
Por otro lado, el hito más reciente fue la participación en el desafío Intel (Intel Global Challenge). Desafío Intel es una competencia global en la que postulan cerca de 20.000 proyectos de todo el mundo, y que de no haber aprendido de nuestros errores y fracasos, tal vez nunca hubiésemos sido seleccionados. Durante desafío Intel logramos ganar la competencia nacional y luego la latinoamericana, lo cual nos permitió pasar a la semifinal global para competir con 26 otros proyectos de todas partes del mundo. Siempre fuimos conscientes de que el trabajo no estaba terminado, que debíamos continuar aprendiendo y escuchando al resto de los emprendedores y a los expertos, a modo de aprender de sus experiencias y no caer en los mismos errores.
El panorama durante la final de la competencia se veía bastante complicado, ya que nos enfrentábamos a otros 7 increíbles proyectos. Esto provocó dos sentimientos en nosotros: Primero, nos sentimos sumamente orgullosos de haber sido capaces de llegar a tales instancias luego del difícil camino que nos tocó atravesar en el comienzo. Y segundo, llegar a la final con proyectos de esa envergadura nos confirmaba que habíamos avanzado por el camino correcto. Sin embargo, creemos que haber llegado a la final y haberle ganado al resto de los competidores no fue lo más importante, sino que el haber vivido las experiencias para ser mejores profesionales y personas, eso era lo que nos hacía sentir ganadores.
Finalmente, resultamos ganadores del gran premio de Intel Global Challenge y la mayor reflexión que sacamos de esto fue que estábamos ejecutando sabiamente todo el conocimiento adquirido durante el camino del emprendimiento y que lo que estábamos construyendo significaba algo para el resto de las personas.
Todo el sacrificio ha sido recompensado y no se puede ser exitoso sin haber vivido el fracaso. Del fracaso se obtiene la experiencia y es eso lo que nos hace crecer y mejorar día a día. Los desafíos son cada vez más grandes, pero también lo son así las oportunidades. Lo importante es nunca darse por vencido y vivir humilde y apasionadamente lo que haces.
Business Development Manager en Lab4U
Ingeniero y Magister en Biotecnología, UNAB, y diplomado en gestión de empresas, PUC. Ejerció como investigador científico en Andes Biotechnologies, pero actualmente ha dado dejado las pipetas y las células para gestionar y desarrollar el área de negocios de Lab4U.
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