Todos los países, incluso aquellos considerados “desarrollados”, deben enfrentar una serie de desafíos cada vez más complejos, que ocurren de manera simultánea y que aparecen muchas veces sin previo aviso. Situaciones coyunturales nos puede alertar sobre estos desafíos y la necesidad de encontrar nuevas soluciones.
Los países han ido aprendiendo que encontrar dichas soluciones es un proceso largo y complejo, y que muchas veces implica la inversión de cuantiosos recursos. Para abordar de manera exitosa este proceso, necesitamos conocimiento en distintas disciplinas del saber, el cual es generado tradicionalmente por los investigadores científicos, en universidades, centros públicos o empresas. La investigación científica, por ende, tiene una relevancia fundamental para todos los países, y Chile no es la excepción.
Nuestro país ha experimentado un avance importante en las últimas décadas en materia de desarrollo científico. Hoy contamos con más investigadores, diversos programas para financiar actividades de investigación, y el mundo hoy ofrece herramientas más avanzadas para abordar experimentalmente ciertas preguntas, lo que permite generar más y mejor conocimiento. Sin embargo, la magnitud y complejidad de los desafíos es creciente, y por ende se necesita no sólo mantener, sino que potenciar nuestras capacidades en materia de desarrollo científico y de innovación. La ciencia tiene un rol importante que jugar en la solución a nuestros problemas y desafíos, y es por ello que el apoyo del Estado es fundamental, y la participación de las empresas y otros actores del sector privado es también de enorme relevancia.
¿De qué manera la ciencia contribuye a resolver los desafíos que enfrentan los países? En primer lugar, permite generar conocimiento que resulta fundamental para tomar decisiones. Y, en aquellos casos en los que no resulta posible generar dicho conocimiento, la ciencia permite probar alternativas de manera sistemática y evaluar sus resultados. Por otro lado, la ciencia genera continuamente nuevas soluciones tecnológicas, que pueden ser empleadas para solucionar diversos problemas públicos. Hoy, tecnologías que nacieron en universidades, muchos de ellos como producto de proyectos de ciencia básica o para fines distintos a los pensados originalmente, se emplean para resolver problemas en diversas áreas.
Lo anterior nos obliga a dar un apoyo sostenido a todas las áreas del conocimiento. Por una parte, la experiencia de las últimas décadas demuestra que el camino entre el “problema” y la “solución” dista de ser lineal y predecible, siendo más bien complejo y alimentándose en distintas direcciones y desde diversas disciplinas, con ideas provenientes de descubrimientos a veces inesperados, o de ramas del conocimiento que en principio no están relacionadas. Es por ello que el apoyo a la ciencia “orientada por misión” debe ser balanceado con un fomento equivalente o incluso mayor a la ciencia básica o motivada por curiosidad. Se debe también motivar la creación de grupos de investigación interdisciplinaria, que integren ambas aproximaciones y conocimiento de diversas disciplinas. Por otro lado, la generación de conocimiento científico no sólo entrega “soluciones” y “productos”, sino que también contribuye a generar conocimiento que nos permite entender nuestro mundo, hacer predicciones sobre éste, y a generar cultura, identidad y patrimonio.
La ciencia chilena vive una etapa compleja e importante. Por ejemplo, miles de graduados (tanto de universidades nacionales como extranjeras) estarán en condiciones de sumarse a la comunidad científica nacional en los próximos años. No es claro que existan las oportunidades para todos ellos, y desperdiciar el talento de estos jóvenes sería un desastroso error que no podemos darnos el lujo de cometer. La ciencia tiene un rol importante que jugar en el progreso de nuestro país, y muchos jóvenes esperan contribuir desde diversas disciplinas, en las ciencias sociales, biológicas, exactas, de los materiales, desde el campo de la innovación, y muchos otros. ¿Qué estamos haciendo para no dejar pasar la gran oportunidad de integrar a estos miles de jóvenes al desafío de hacer de Chile un mejor país?
Doctor en Ciencias Biológicas e Investigador Postdoctoral.
Ingeniero en Biotecnología Molecular de la Universidad de Chile y Doctor en Ciencias Biológicas de la PUC, Pablo es actualmente investigador postdoctoral en la Universidad de Manchester, uno de los fundadores de Fundación Más Ciencia, y autor de columnas sobre ciencia en diversos medios.
Suscribete a nuestro newsletter
¿Quieres dejar un comentario ?