Ciencias biológicas y propiedad intelectual: “Una interface que vale la pena explorar” (Parte 2)

Período de ajustes

Estaba contento, pues después de varios meses de incertidumbre, por fin se había dado el escenario propicio para realizar el cambio de rumbo que tanto había buscado. Para ese entonces, como me encontraba trabajando en un laboratorio, continuaba con los registros sanitarios, y además estaba comenzando poco a poco a aumentar la carga de patentes a periciar, procedí con una transición gradual que me permitiera potenciar mi rol como perito de patentes y así insertarme de lleno en la PI asociada a biotecnología. Al año siguiente dejé el laboratorio y al subsiguiente los registros, para desde esa fecha hasta el día de hoy, dedicarme casi exclusivamente a asuntos de Propiedad Intelectual y Patentes de Invención.

El patentamiento… una puerta a nuevas oportunidades

Sin darme cuenta, el ser un científico con experiencia en patentes ya se había transformado en un perfil profesional de creciente valoración, especialmente entre las universidades y centros de investigación, los cuales para ese entonces poco a poco comenzaban a crear o hacer crecer sus propias oficinas de transferencia tecnológica. Fue este propicio contexto el que abrió una serie de puertas que me permitieron volver a trabajar cerca de los laboratorios de investigación universitarios, eso sí en esta oportunidad, no para desempeñarme como investigador, sino que como científico capaz de interpretar los trabajos de ciencia básica y aplicada desarrollados por lo investigadores y así ver qué elementos son susceptibles de ser protegidos. Paralelamente, dado que las labores de transferencia tecnológica no se circunscriben únicamente al patentamiento, también se transformó en una instancia de mucho aprendizaje, por ejemplo, en formulación, evaluación y gestión de proyectos, en desarrollo de políticas institucionales pro-investigación, difusión científica, docencia, entre otras.

Reflexiones

Luego del camino recorrido que vengo de compartir con ustedes, y a modo de colofón, a continuación algunas reflexiones generales que eventualmente podrían orientar a todo aquel que se encuentra tratando de redireccionar su carrera profesional:

• Si estás en busca de un cambio, antes de comenzar a ver vías alternativas de desarrollo profesional, discernir claramente cuáles son tus habilidades y flaquezas, pero por sobretodo, trata de identificar aquellos elementos que mayor felicidad te aportan. En lograr aunar habilidades personales con aquellas cosas que te gusta hacer, creo que radica parte del secreto para lograr una realización profesional más integra.
• Si ya has logrado redireccionar tu quehacer científico a un área alternativa, pero pese al contento de haber logrado ese cambio sientes que todos los años anteriores fueron perdidos, sácate esa idea de la cabeza, pues además de todas las habilidades que lograste consolidar durante ese periodo –por ejemplo durante el doctorado-, tarde o temprano revalorarás el camino transitado, pues aunque a primera vista las distintas labores profesionales realizadas a través de tu carrera pudieran parecer un conjunto de puntos inconexos, dicha combinación gradualmente se irá transformando en un cocktail único, que no sólo te permitirá diferenciarte, sino que te permitirá explorar nuevas interfases profesionales, que hoy por hoy, surgen a diario en todos los ámbitos del hacer y el saber.
• Estar consientes de que Bioquímica o carreras afines normalmente no son carreras tradicionales, lo que conlleva mercados laborales más estrechos e informales, y donde profesionales de otras áreas no necesariamente comprenden exactamente a qué te dedicas y de qué modo puedes aportar; no obstante, la escasez de mercados laborales establecidos debe verse como una invitación a explorar y crear nuevas rutas profesionales, para lo cual ni siquiera es necesario inventar la rueda, pues basta con mirar lo que sucede en países desarrollados, donde dichas rutas ya se encuentran trazadas.

Alvaro Luis Martínez Fuenzalida
Bioquímico, PhD