Es indiscutible que este nuevo siglo se caracteriza por el desarrollo exponencial del conocimiento generado en campos como la bioquímica y la biología molecular, por ende, en las denominadas disciplinas “ómicas”: genómica, proteómica, metabolómica y citómica, siendo todas ellas transversales a todos los sistemas vivos estudiados. Tras estos grandes avances y hallazgos no solo hay numerosas horas de dedicación, sino que también una inconmensurable cantidad de muestras procesadas, muchas de ellas en calidad de “únicas e irrepetibles”.
Si nos circunscribimos a la investigación en biomedicina destinada a establecer qué/cuáles factores “ómicos” están involucrados en el origen de una patología, cuyo curso clínico y respuesta al tratamiento dependen del establecimiento de sus interacciones, se hace necesario acelerar la transferencia de todo este conocimiento al cuidado de la salud del individuo y de la población. Para ello se requiere disponer de plataformas que permitan no solo la mantención adecuada de las muestras para el estudio, sino que también del debido respaldo de la información y la interpretación de los resultados obtenidos.
Un biobanco propiamente tal, es mucho más que un «repositorio de muestras» y en sí mismo promueve relaciones estrechas y dinámicas entre grupos de investigación básica, traslacional, aplicada y clínica, enfocados a dar respuestas a problemas que aquejan a sus pacientes y que utilizan las muestras e información generada en torno a cada donante, de tal modo de retroalimentarse y aportar respuestas a dichos problemas.
Estos no solo deben cubrir las expectativas de la sociedad en su conjunto, sino que también la de los donantes e investigadores en particular. En mayo del presente año, el NIH dio a conocer que se asignarán a la Clínica Mayo $142 millones de dólares como parte de la iniciativa gubernamental para la creación de un biobanco que apoya la Medicina de Precisión en un plazo de 5 años. De igual modo, cabe destacar que España fue el primer país en crear una red de biobancos, la Plataforma Nacional de Biobancos iniciativa del Instituto de Salud Carlos III; modelo que ha sido replicado en Europa, América Latina y Medio Oriente.
Los actuales biobancos se establecen con altos estándares de funcionamiento que incluyen: certificaciones ISO; una masa crítica de científicos; diseño, planificación y disponibilidad de recursos para su mantención; necesidades metodológicas y tecnológicas para asegurar no solo el adecuado almacenamiento de los especímenes sino que también la asociación de los biobancos entre sí.
Existen una serie de soluciones tecnológicas a nivel mundial que se han desarrollado específicamente para estos fines y que se encuentran disponibles en nuestro país. GrupoBios pone a tu disposición equipamiento de alto rendimiento para la criopreservación (Thermo Scientific®) y el mejor lenguaje informático para el respaldo y la gestión de la información con una serie de softwares que apuntan a cada una de las necesidades de tu laboratorio.
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