Una de las cualidades que podría definir a Yenniffer Ávalos es su versatilidad. Estuvo desde los 9 hasta los 15 años en el conservatorio tocando chelo, edad en la que decidió continuar con sus estudios en el colegio y luego entrar a Química y Farmacia en la U. de Chile. En 2015 ganó el premio L’Oréal – UNESCO For Women In Science.
Por Sofía Kahn S.
Aunque no entendía qué era el ADN, Yennifer se lo sabía de memoria a los 7 años gracias a una enciclopedia de ciencias que estaba en su casa. Sus padres siempre le inculcaron que fuera versátil y probara cosas distintas. Así llego a tocar chelo, instrumento que escogió porque su hermana mayor lo tocaba, y entró al conservatorio a los 9 años. Luego de varios años tenía que decidir si seguía por esa vía y dejaba el colegio o entraba de lleno en la educación tradicional.
No se arrepiente de la decisión que tomó porque no se ve haciendo otra cosa. Actualmente Yennifer es doctora en Farmacología y está haciendo su postdoctorado en el Laboratorio de Autofagia y Metabolismo dirigido por la Dra. Eugenia Morselli, en la Universidad Católica. Allí junto a un grupo de investigadores estudian el rol del hipotálamo en el control de la obesidad y de la resistencia a la insulina, viendo el efecto de las dietas altas en grasas en animales.
Específicamente trabajan investigando el rol de la autofagia en el contexto de obesidad. La autofagia es un mecanismo que tienen las células donde degradan su propio contenido para generar energía y eliminar proteínas u organelos dañados o envejecidos, manteniendo así un equilibrio dinámico (homeostasis). Uno de los hallazgos más interesantes para Ávalos en las investigaciones que han realizado es la aparente relación entre la autofagia y la sensibilidad a la insulina en neuronas hipotalámicas.
Esta no es la primera vez que trabaja con autofagia. En su tesis de doctorado investigó sobre el papel de la autofagia en la actividad supresora de tumores de caveolina-1, ya que la autofagia en etapas tempranas es un supresor de tumores y en etapas tardías es un promotor de tumores.
Investigación y docencia de la mano
En su pregrado hizo varias ayudantías pues siempre le ha gustado la docencia. Actualmente hace clases en la Universidad de Chile y en la Universidad Andrés Bello. “Para mí el trabajo en investigación y la docencia van de la mano. La investigación es súper linda, muy entretenida y para mí es el trabajo perfecto, pero tú aporte en la sociedad es un poco tardío, en definitiva uno lo hace porque le gusta”.
Por otra parte, Yenniffer considera que el aporte más directo que uno puede hacer a la sociedad es la docencia, pues la educación es la única forma que ve por ahora de cambiar la realidad de una persona, es la herramienta más clara de transformación social. Además es algo que le apasiona desde siempre.
Entre la investigación y la docencia, Yennifer siempre busca el tiempo para hacer otras cosas. Sigue tocando chelo ahora como hobby, ha estudiado inglés y ahora toma cursos de francés. También le gusta el deporte, en el colegio jugaba handboll, participó en la selección de fútbol de su facultad, ahora hace CrossFit (cuando el tiempo se lo permite) y tiene una trotadora en su casa. “Me gustan muchas cosas, ese es mi problema”.
Premio L’Oréal
En 2015 Yenniffer fue una de las ganadoras del premio L’Oréal – UNESCO For Women In Science, reconocimiento que piensa que se adjudicó por la importancia que tiene para ella cumplir desde su profesión un rol social, y el hacer clases desde hace varios años.
A raíz del premio se le abrieron varias puertas. “Conocí gente muy bacán, me invitaron a un montón de cosas: entrevistas y cosas así súper cuáticas. Me pasaron dos cosas en particular (que le encantaron). Una, que me invitaron a la Facultad de Filosofía de la U. de Chile donde habían hecho una feria científica con niños y les entregaban los premios, y a mí me encargaron entregar algunos premios. Lo otro que pude conocer y escuchar la presentación de Jane Goodall cuando vino a Chile donde me invitaron al coctel y a cosas así. Fue un periodo entretenido”.
La invitaron también a conversar sobre el tema de inclusión y liderazgo en los campos de las ciencias y tecnología en Chile en una actividad organizada por la Embajada de los Estados Unidos junto con la Universidad de Talca y el American Academy of Science and Technology.
Mujeres en la ciencia y la sociedad… todavía queda mucho
Cuando se ganó este premio se encontró con un ex compañero de la universidad quien la interpeló por habérselo adjudicado solo por ser mujer, “lo que era absurdo porque era un premio para mujeres. Es en este caso cuando se necesitan generar instancias para de alguna manera disminuir la brecha. Para hacerlo hay que hacer diferencias, inequidades que sean justas en definitiva”.
En cuanto a sufrir discriminación de género, cree que en expresiones muy burdas no le ha pasado pero sí en situaciones que se viven a diario. De la situación que vive actualmente nuestro país opina que “Ahora en el 2018 es anacrónico pensar ‘oye las mujeres ganan menos, eso está mal’, si es obvio. Al menos con poner el tema ya estás creando una realidad, al ponerle nombre al problema estás generando una realidad que estaba pero que ahora es más obvia, así que creo que sí se puede hacer algo”.
Específicamente en el rol de las mujeres en la ciencia, Ávalos ve que siguen existiendo diferencias brutales siendo una de ellas que más del 70% de los proyectos Fondecyt adjudicados son para hombres. Además, “¿cuántas decanas o rectoras hay? Si uno piensa directamente en Premios Nacionales, ¿cuántos hay que uno conoce que son mujeres en ciencia?, ¿3? Hay pocas mujeres en posiciones de poder, entonces hay pocas que toman decisiones y son los hombres los que toman las decisiones por nosotras”, concluye.
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