En esta entrevista, el Subdirector de la Fundación Ciencia y Vida, e investigador jefe del Laboratorio de Biología Computacional, Tomás Pérez-Acle, nos comenta cómo ha sido el trabajo que realiza junto a su equipo de investigación, que los ha llevado a formar parte del grupo que asesora al Ministerio de Ciencias desde el inicio de la emergencia por Covid-19.
En diciembre del 2019, cuando China notificó la presencia de numerosos casos de neumonía en Wuhan causados por el COVID-19, las alertas sanitarias se dispararon a nivel global, partiendo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual entregó diferentes medidas de prevención para la población. En el mundo se comenzaba a hablar cada vez más del coronavirus y los distintos gobiernos comenzaban a proyectar los posibles efectos de esta nueva pandemia, una tarea que ha sumado el trabajo de distintos científicos y centros de investigación, como lo es el caso de la Fundación Ciencia y Vida.
Para conocer mejor lo que ha significado todo este esfuerzo desde el mundo científico, conversamos con el director e investigador jefe del Laboratorio de Biología Computacional de la Fundación Ciencia y Vida, Tomás Pérez-Acle, quien forma parte del grupo que, a través del Ministerio de Ciencias, asesora al Gobierno desde el inicio de la emergencia.
¿Cómo se genera la posibilidad de conformar el quipo asesor de Gobierno para enfrentar la pandemia?
En la Fundación Ciencia y Vida hace ya alrededor de 10 años que comenzamos una línea de investigación en el laboratorio orientada a entender cómo la información que manejan las personas cambia su comportamiento y cómo ese cambio de comportamiento podría ser usado para evitar la dispersión de enfermedades infecciosas.
En este sentido, hace ya un tiempo trabajamos con varias enfermedades, publicamos algunos artículos respecto del ébola y otras enfermedades distintas, por lo tanto, cuando llega el Covid-19 a Chile, a comienzos de marzo, vimos una importante oportunidad para poder poner en práctica lo que veníamos trabajando hace ya un buen tiempo en el laboratorio. Ahí es donde viene la idea de poder desarrollar un modelo que nos permita entender cómo se mueve esta enfermedad y cómo, a partir de ello, podemos tratar de proyectar el impacto que la enfermedad pueda tener en el sistema sanitario nacional, que es nuestro principal foco.
Según nos comenta Tomás, a diferencia de otros modelos que existen, el creado por su equipo de investigación tiene resolución a nivel de comuna, lo que significa que el elemento más pequeño que consideran en sus análisis son las distintas comunas de Chile, lo que ya lo hace bastante único. Pero, además, este modelo puede incorporar nuevas variables que permiten modificar el comportamiento de las personas y la forma en que éstas se mueven a lo largo de las comunas, de tal manera de poder entender cuál de estos elementos es más relevante a la hora de tomar decisiones de mitigación como las que podrían significar cuarentenas, cordones sanitarios u otras intervenciones.
Sobre esta base nos acercamos al Ministerio de Ciencia para poner a su disposición nuestras capacidades, a ellos les pareció muy interesante lo que estábamos haciendo, y justamente venían formando un grupo de trabajo con otros centros de investigación, el cual quedó finalmente conformado por el centro de Modelamiento Matemático, el Instituto Milenio de Fundamento de Datos y la Fundación Ciencia y Vida. Cada uno de estos centros aporta desde sus distintas visiones al problema, algunos enfocados en aspectos más globales, otros en aspectos más locales como es el caso de nuestro trabajo, que consiste en entregar información a las autoridades gubernamentales para determinar cuáles son las medidas de mitigación más apropiadas que se pueden definir.
Para ello, estamos accediendo a los datos de uso público que informa el Ministerio de Salud en su sitio web. Hoy estos datos ya están centralizados en una web del Ministerio de Ciencia y esperamos en algún minuto acceder al resto de los datos que se requieren para mejorar el modelo y lograr proyecciones de valor para las autoridades.
¿Cuáles han sido los mayores desafíos y aprendizajes que han enfrentado durante esta emergencia?
El mayor desafío ha sido entender que las decisiones que toman las autoridades no son pensadas en una sola variable, además del aspecto salud, consideran el tema económico, lo social, la gestión política, entre otras, es decir, son todas las variables las que se ponen en juego. En este sentido, el aprendizaje tiene que ver con entender la forma en que se toman las decisiones a nivel gubernamental.
¿Y cómo ha sido el trabajo y coordinación de los distintos centros de investigación en esta crisis?
Todos los investigadores, de los distintos centros, estamos tratando de hacer lo mejor posible con las herramientas y datos que tenemos. No obstante, creo que quizás falta coordinación entre nosotros. Si hubiésemos tenido una mayor coordinación entre todos los grupos a nivel nacional, probablemente hubiésemos sido capaces de producir algo mucho mejor de lo que hemos producido, y ahí hay una lección que aprender para el futuro, que pasa por ver cómo nos coordinamos de mejor manera entre los científicos para tratar de ayudar en este tipo de problemas que son verdaderamente difíciles, por lo cual mientras más científicos y científicas estemos trabajando será mucho mejor.
¿Cuál es el valor que todo este trabajo representa para la Fundación Ciencia y Vida?
En términos generales, todo este trabajo tiene un valor muy grande al poner de manifiesto el importante rol que tiene la ciencia para lograr avanzar en el desarrollo de la sociedad. Hoy queda mucho más patente que la ciencia no solo posee valor en la creación de conocimiento, sino que además en el apoyo a las autoridades para tomar decisiones, particularmente en estas situaciones muy complejas.
Asimismo, este trabajo nos ha permitido ver con más claridad la gravitancia que posee la Fundación Ciencia y Vida como uno de los centros nacionales de excelencia en investigación, la cual no solo ayuda a generar conocimiento, sino también ayuda a la definición de políticas públicas. Esto es muy importante, ya que pone de relevancia a la Fundación en el contexto nacional, e incluso en el plano internacional, lo cual no quiere decir que todo se ha hecho gracias a nosotros, sino que en base al trabajo de todos los científicos que estamos apoyando al gobierno en las distintas áreas. Hoy tenemos a un Ministro de Ciencia sentado en el comité de emergencia de La Moneda, todos los días tomando decisiones sobre cómo se puede llevar de mejor manera la pandemia, que es algo muy valioso pensando que se trata de un Ministerio tan joven.
Finalmente, y pensando en la información que se posee actualmente, ¿A qué nos enfrentamos en términos de proyección de los contagios con coronavirus?
Lo primero que hay que entender es que cualquier proyección que se haga hoy día seguramente estará errada, esto por que todos los días se están tomando nuevas decisiones, nuevas medidas de mitigación, y la gente va a tener cambios en sus comportamientos, por lo tanto, todos esos elementos impactan en el devenir de la epidemia.
Es muy difícil hoy día proyectar escenarios al futuro, más bien estamos enfocados en tratar de modelar en base a las peticiones que nos ha hecho el Gobierno sobre distintos escenarios. Lo importante es entender que las cuarentenas no son una solución mágica, por eso es importante hacer cosas adicionales, las cuales tienen que ver con salir a testear a la gente, identificar a los infectados asintomáticos y al gran porcentaje de infectados que tienen síntomas menores que son el motor de la pandemia.
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