Ha trabajado principalmente en aspectos regulatorios, de transferencia tecnológica y de propiedad intelectual en Estados Unidos y en Chile, logrando la aprobación por parte de la FDA de numerosos productos biotecnológicos. Preocupada por el rol de la ciencia en Chile, la participación de las mujeres y de crear un vínculo entre el conocimiento generado en un laboratorio y las empresas.
No fue hasta que conoció en cuarto medio uno de los laboratorios de la Facultad de Ciencias de la U. de Chile que se dio cuenta que lo suyo era la ciencia. “Tenía una profesora muy buena en biología que estaba casada con el Dr. Juan Fernández que trabaja en Biología del Desarrollo en la Facultad de Ciencias y me consiguió una visita con él. Fue un día maravilloso, tuve la oportunidad de conversar también con Maturana, Varela, Luis Izquierdo y pensé: aquí se hace mucho más que ver qué pasa con la célula. Además cada uno tenía una visión del mundo, una motivación impresionante y unas inteligencias increíbles. Quedé muy entusiasmada”, recuerda.
Bernardita Méndez siempre ha tenido la curiosidad por saber cómo funcionan las cosas. Hizo su pregrado de Biología en la Universidad de Chile y trabajó en su tesis junto a Humberto Maturana, una de las personas que marcó su vida. Durante el doctorado en Biología Celular de la Pontifica Universidad Católica trabajó con Joaquín Luco, “otro prócer”. En esa época se fue a California para continuar con su tesis en un laboratorio de la Universidad de California, San Francisco.
Después de hacer su postdoctorado en la Universidad de California, Berkeley, tuvo la interrogante si hacer una carrera académica o no. En ese momento se trasladó a la compañía de biotecnología Chiron, que había formado su esposo Pablo Valenzuela.
“Me instalé en el área de management de proyectos, de propiedad intelectual, de asuntos regulatorios y registro de productos biotecnológicos. Esa fue mi primera aproximación con este tema: todo lo aprendí haciendo, leyendo, yendo a reuniones y conferencias tanto de temas de patentes como de registro con el FDA. (…) Fui vicepresidenta de distintas funciones, tanto de propiedad intelectual como de registros y de calidad, y miembro del Comité Estratégico de la compañía”, cuenta Méndez.
En su trayectoria en Chiron fue la responsable de la aprobación para la comercialización de más de 20 productos biotecnológicos para la salud humana frente a la FDA, la European Medicines Agency (EMEA) y de numerosas patentes en diversas tecnologías biológicas.
En 1998 Méndez, Valenzuela y Mario Rosemblatt crearon la Fundación Ciencia & Vida con el objetivo de generar en Chile un puente entre el conocimiento generado en los laboratorios y las empresas. La idea era contar con una organización que creara este conocimiento y que pudiera transformarlo en tecnologías, productos o servicios, especialmente a través de la creación de start ups que pudieran desarrollar estas aplicaciones.
Hace varios años que la Fundación Ciencia & Vida cuenta con un parque de Ciencias y Negocios en donde surgen nuevas empresas, como el caso de Andes Biotechnologies- que trabaja en el desarrollo de un nuevo tratamiento para el cáncer- o Phage Technonologies, start up del campo de alimentos para animales que utiliza una novedosa tecnología de virus que infectan a bacterias. Ya tienen un trato de distribución con la farmacéutica Bayer.
Además de desempeñarse como presidenta de esta fundación, Bernardita Méndez forma parte del directorio y consejo de varias empresas e instituciones sin fines de lucro como GrupoBios, la Fundación Chile, la Iniciativa Científica Milenio, la Universidad Andrés Bello y Comunidad Mujer. También es académica de la Universidad Andrés Bello y participa como profesora en el programa de Doctorado en Biotecnología que imparte la Fundación Ciencia & Vida en conjunto con dicha universidad.
Las mujeres en la ciencia
Uno de los problemas que ve Méndez en cuanto a la participación de las mujeres en la ciencia radica en el poco acceso que se tiene a las cúpulas de poder, a que se nombren profesoras titulares, directoras o rectoras. En este ámbito considera que la ciencia no es un caso aislado.
“Yo he sido bien radical en eso y creo que hay que poner cuotas en todo. Participo desde siempre en Comunidad Mujer, porque pienso que claro uno puede ir cambiando el sistema de a poquito pero vamos a morir en el intento. Y resulta que no somos minoría, somos más de la mitad de la población. Pienso que hay que hacer cosas en forma más drástica para ayudar al sistema a cambiar, y eso se hace a través de políticas públicas que obliguen. Las cuotas las necesitas en un primer momento cuando a nadie se le ocurre hacer el esfuerzo de empujar el cambio, cuando nadie se va a dar el trabajo de hacerlo”, expone.
En este ámbito, la educación sería la clave pues es allí donde se generan los estereotipos que predefinen los roles para ambos lados. “El problema es que tenemos que tomarnos muy en serio cómo educamos y no creo que lo hagamos, porque seguimos reproduciendo estereotipos. El lenguaje nos traiciona, los cuentos nos traicionan. Esto necesita una reforma mayor”, reflexiona.
Aunque también considera que se están haciendo avances importantes. Mira de manera muy positiva al movimiento feminista que se ha instalado en las universidades durante los últimos meses, lo que le da esperanzas de aire fresco.
Institucionalidad en el Ministerio de Ciencia
A fines de mayo de este año el Senado aprobó la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación que debería comenzar a funcionar en 2019. Aunque algunos lo ven como una buena iniciativa, Bernardita Méndez es un poco más escéptica.
“Creo que la idea de tener un Ministerio de Ciencias es interesante siempre que el proyecto considere una propuesta para fortalecer la ciencia, la investigación; con una visión de futuro y apoyo en temas de presupuesto, estructura y coordinación. El proyecto aprobado no tiene un compromiso de aumento de recursos, ni tiene una estructura que pueda ser efectiva.”
Méndez participó en la Comisión de la Cámara de Diputados comentado los problemas que ella veía e este proyecto de ley: “el proyecto propuesto y aprobado no compromete gasto fiscal para el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Además, establece una estructura muy engorrosa y burocrática para su funcionamiento con un Consejo Nacional de ciencia y tecnología, un Comité Interministerial, Consejo Asesor Ministerial, Subsecretaría, Seremis y Agencia Nacional de investigación y desarrollo.” Méndez concluye que esta nueva ley sólo propone una manera más engorrosa de administrar los mismos y escasos recursos disponibles hoy para la ciencia y la tecnología, con el agravante que de esos mismos recursos se tendrá que financiar la nueva estructura ministerial establecida por esta normativa.
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