El 18 de febrero de 1948, el Presidente Gabriel González Videla inauguró la Base General Bernardo O’Higgins, la segunda más antigua del territorio nacional y la que hoy tiene a nuestro país avanzando en el estudio de la región
Menos de 800 kilómetros separan el punto más próximo de Chile continental con la Antártica y desde 1947 que nuestro país cuenta con presencia en el continente blanco, aunque la única locación nacional que ha tenido habitantes desde su fundación es la base Antártica Bernardo O’Higgins.
En ella se desarrollan expediciones científicas cada año con materias relacionadas a la geología, temas glaciológicos, medioambientales y meteorológicos, como también al estudio de la flora y fauna del lugar.
El recinto cuenta con un laboratorio que puede ser utilizado por ocho investigadores simultáneamente.
En 1950 fue instalado un sismógrafo y desde entonces forma parte de los equipamientos de soporte de la base, convirtiéndola en la primera locación internacional que contó con esta herramienta.
Nueve años más tarde, en 1959, Chile fue uno de los 12 países que firmó el Tratado Antártico, el cual manifiesta que el territorio se utilizará exclusivamente para fines pacíficos y que habría libertad de investigación científica
El comandante José Alvarado, quien está a cargo de la base Antártica Bernardo O’Higgins, comentó a Emol que la instalación «ha tenido una mejora continua a través de los años. En 1948, cuando se inauguró, contaba con no más de 100 metros cuadrados, y ahora nuestra infraestructura ya supera los mil metros cuadrados, con creces».
Además, indicó que el avance «cada vez ha ido de la mano el aumento de la superficie para poder apoyar de mejor forma las tareas científicas».
En base a esto, el doctor Marcelo Leppe, director del Instituto Antártico Chileno (Inach), manifestó que «no mucha gente se da cuenta que la Antártica regula muchos aspectos prácticos de la vida cotidiana, desde aspectos climáticos y precipitaciones».
Agregó que «la corriente circumpolar antártica, y su intercambio fundamentalmente con la corriente de Humboldt define gran parte del paisaje que hoy día tenemos».
El estudio de rocas, ubicadas en el sector del cabo Legoupil, han servido como evidencia para determinar la conexión entre la península Antártica y la Patagonia occidental. Además, estudios determinaron presencia de suelos contaminados por hidrocarburos. Por otro lado, se han realizado importantes estudios de biología marina, donde se descubrió la presencia de equinodermos.
«Estamos construyendo la historia todavía, estamos perfectamente empoderados de lo que significa ser un actor, un país reclamante, y hemos incrementado nuestra participación en la ciencia antártica mundial, llevándonos a estar dentro de los top 15», detalló el director del Inach.
La base en la actualidad
Según comentó el director del organismo dedicado a la difusión científica antártica, «actualmente existen 101 proyectos en la expedición de este año«, agregando que «nunca Chile había tenido tantos proyectos ejecutándose simultáneamente en temática antártica».
Entre las investigaciones destacan la desarrollada por Gabriela Muñoz, «Tramas entre parásitos y peces de las zonas antárticas y subantárticas del sur de Chile», y «Fitogeografía y diversificación en especies del género Macvicaria», llevada a cabo por Isabel Valdivia.
El comandante a cargo del lugar indicó que «es un hito que la base antártica del Ejército sea la única base nacional que cuenta con presencia ininterrumpida, desde el momento de su creación. No ha pasado por periodos de cierre. Es una base que permite que funcione los 365 días del año».
Actualmente los principales estudios y preocupaciones son relacionados al tema medioambiental. «Hoy día hay varios temas que atraviesan la agenda mundial, uno de ellos es el cambio climático y la capacidad de la Antártica de ser resiliente a los escenarios que vienen», manifestó Marcelo Leppe.
Por: Thomas Heselaars.
Fuente: Emol.
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