Mario Hamuy, tras meses de silencio como presidente de Conicyt, habla con «El Mercurio». Confiesa que nunca había trabajado tanto en su vida, defiende la labor de los funcionarios de la repartición que dirige y dice que el proyecto de ley del nuevo ministerio está casi listo, por lo que antes de fin de año debería ingresar al Congreso.
Llegó a encargarse de la ciencia chilena luego que esta viviera uno de sus períodos más agitados de la historia reciente. Los presidentes de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt) cambiaban con frecuencia y en forma sorpresiva, y los investigadores dejaban los laboratorios para manifestarse en la calle, frente a La Moneda y también ante la sede de Conicyt. Las cartas a los medios de comunicación de académicos connotados y sociedades científicas se multiplicaban.
En medio de este clima, Mario Hamuy Wackenhut (56), Premio Nacional de Ciencias Exactas 2015, fue nombrado el 21 de marzo pasado presidente del consejo de Conicyt, con el expreso mandato de crear el Ministerio de la Ciencia y la Tecnología (Mincyt). Al mismo tiempo, el Gobierno lo nombró asesor científico de la Presidencia, lo que le permite recibir honorarios.
«Distribuyo mi tiempo de manera bastante equilibrada. La mitad lo dedico a sacar el Mincyt y la otra, mitad a Conicyt», dice este astrónomo de ascendencia siria y suiza.
Los científicos bromean con que «viene bajando de la Luna al planeta Tierra», por lo que ha tenido que dedicar bastante tiempo a interiorizarse del tejemaneje, nada fácil, de una institución que financia el 95% de la ciencia que se hace en el país.
Por esto mantuvo silencio casi seis meses, pero ahora se siente preparado para hablar del desafío que asumió y que lo tiene optimista.
«La verdad es que nunca había trabajado tanto en mi vida», confiesa. Se ha reunido con parlamentarios, académicos, ministros y otros actores relevantes para la ciencia. «Más que ir a hablar, voy a escuchar. Tomo nota de las inquietudes de las personas para enriquecer este proceso», afirma.
La hora del «Mincyt»
Hamuy recibe todos los jueves en Conicyt a representantes de cuatro ministerios: la Secretaría General de la Presidencia, Educación, Economía y Hacienda. Además, a representantes de algunas agencias como Corfo, el Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo y la misma Conicyt. Una mesa de alrededor de 15 personas para dar forma al Mincyt.
-¿Qué fecha manejan para entregar este proyecto al Congreso?
«Estamos trabajando para cumplir con el encargo presidencial, que es que el proyecto de ley esté ingresando a discusión parlamentaria antes de fin de año».
-¿Y se ve posible?
«Yo creo que estamos por terminar con el diseño base, y luego de este hito vamos a entrar a una etapa de conversaciones con los actores relevantes. Con las universidades, las academias, con las regiones y los investigadores, de manera de enriquecer este proyecto antes de que ingrese al Congreso, y eso tendría que ocurrir antes de fin de año».
-Pero las conversaciones aún no han empezado…
«La socialización todavía no empieza de manera formal, pero hemos tenido muchas conversaciones informales. Cuando hayamos terminado el dibujo estructural del nuevo ministerio, comenzará la ronda formal».
Según aclara, la socialización viene desde antes. Ya en 2013, la comisión Philippi, que nombró el gobierno de Sebastián Piñera, propuso la creación de un ministerio de la ciencia en el país.
Luego en 2015, el gobierno actual creó una nueva comisión de 30 expertos, que llega a la misma conclusión: la necesidad de un ministerio.
«Entonces, no estamos partiendo de cero», dice Hamuy. «Estamos, en general, con un muy buen grado de avance en el proyecto, tanto a nivel técnico como a nivel político».
-¿Cómo se hace para que surja un nuevo ministerio en un período de restricción presupuestaria?
«Sí, sabemos que un ministerio tiene costos, pero también es una inversión para hacer más cosas y, eventualmente, para apalancar más recursos para la ciencia, la tecnología y la innovación. Por lo tanto, yo no lo veo como un gasto, lo veo como una inversión. Hemos estado estudiando esto, y la verdad es que comparado con las grandes inversiones del gobierno en educación y salud, las nuestras no son tan significativas».
-¿Qué pasa con el sector privado y su participación en este proceso?
«Esto es un desafío para nosotros, ya que tenemos que establecer un diálogo con el sector productivo, sea privado o público. Me reuní esta semana en Argentina con el ministro y los subsecretarios de Ciencia y Tecnología. Allá el sector privado valora mucho la creación de un Mincyt, porque ha tendido puentes entre los sectores productivo y académico. Estoy convencido de que el futuro ministerio acá tendrá que hacerse cargo de este diálogo».
-¿Y las regiones?
«He recibido a rectores de universidades de regiones, y yo también me he desplazado a regiones dentro de lo que el tiempo me lo permite. El diagnóstico es bien claro. Cerca del 50% de la actividad de ciencia y tecnología está concentrada en la Región Metropolitana y es claro que el talento está repartido en todos los rincones del país. Por lo tanto, el Mincyt tiene que fomentar esta actividad en todo el país. Eso es un ingrediente fundamental del proyecto actual».
¿Ministro?
-Por la experiencia que ha acumulado en este proceso, ¿es probable que Mario Hamuy sea el nuevo ministro del futuro Mincyt?
«No está en mis manos decidir quién va a ser ministro o ministra. Pero creo que lo importante es que sea una persona con un perfil de mucha capacidad y manejo político, que puede ser un científico, pero puede no serlo».
-Y qué prefiere Mario Hamuy, ¿un científico o un político?
«Yo creo que lo importante es que esa persona sea alguien con mucha habilidad política. Si es un científico, bien; si es un sociólogo, bien; lo importante es que tenga habilidades, cintura política y que tenga conocimiento de lo que es la actividad de investigación».
-¿Y Mario Hamuy tiene habilidades y cintura política?
«Eso lo tienen que juzgar otras personas, no yo».
Por Sebastián Urbina
Fuente: Diario El Mercurio
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