“Efectos de la fiebre inducida por el lipopolisacárido de Escherichia coli sobre la farmacocinética y la distribución en tejidos de florfenicol, en ovinos y conejos” es un proyecto que se encuentran ejecutando investigadores del Laboratorio de Farmacología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Concepción, en conjunto con el Instituto de Farmacología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Austral de Chile, con el objetivo de contribuir a dar un nuevo enfoque al tratamiento de infecciones en animales.
Se trata de un proyecto Fondecyt que viene trabajándose desde el año 2013 y que se adjudicó 51 millones de pesos anuales para tres años de trabajo investigativo.
De acuerdo a lo explicado por el académico e investigador responsable del proyecto, Rubén Pérez, “lo más común de las enfermedades que tratamos los veterinarios son las infecciones bacterianas y parasitarias. Teniendo en cuenta eso, desarrollamos una línea de investigación sobre Farmacocinética, concepto que se refiere a cómo evoluciona la concentración de un fármaco al interior del organismo en el transcurso del tiempo, según la especie animal, dosis y vía de administración”.
“Durante los últimos años se ha venido estudiando, tanto en medicina humana como veterinaria, que en pacientes que tienen alguna infección o algún estado inflamatorio, la respuesta al medicamento no es la misma, en algunos casos puede ser menor y en otros la respuesta puede ser exagerada, y producir toxicidad. Eso tiene que ver con la alteración de los aspectos farmacocinéticos, que se expresan a través de procesos de absorción, distribución, metabolismo y excreción de los fármacos”, sostuvo el docente.
En este mismo sentido, el académico explicó que “los sistemas enzimáticos que metabolizan fármacos se encuentran principalmente en el hígado, donde estos transforman los fármacos en compuestos inactivos, polares y para que sean eliminados a través de la orina o las heces. Cuando hay una infección se desencadena una respuesta inflamatoria aguda que emite señales moleculares hacia el hígado, destinadas a aumentar la síntesis de proteínas para satisfacer la mayor demanda que requiere la formación de anticuerpos destinados a controlar la infección, en desmedro de los sistemas enzimáticos que metabolizan fármacos. En la medida que se administra el antibiótico u otro medicamento, con el tiempo su metabolismo disminuye, entonces el compuesto activo se comienza a acumular en el organismo y puede dar origen a problemas de toxicidad, sobre todo si el tratamiento es prolongado”.
Para el desarrollo de esta investigación, las especies utilizadas han sido ovinos (rumiantes) y conejos (especies monogástricas). Ambas poseen además diferencias en los sistemas relacionados con el metabolismo y excreción de fármaco.
El equipo de investigadores quiere continuar en esta senda del estudio de los antibióticos o en otros medicamentos veterinarios.
“Queremos, por ejemplo, conocer si es posible modular los cambios celulares mediante el uso de otros fármacos asociados a los antibióticos con el fin de modificar las variaciones farmacocinéticas que se producen en los animales con infección. Además, debemos establecer los periodos de resguardo en los animales de consumo, es decir, cuánto tiempo debe esperarse luego que el animal estuvo en tratamiento con antibiótico para que este sea enviado al matadero y su carne sea apta para consumo”, puntualizó el académico.
Por Francisca Olave
Fuente: www.udec.cl
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