El Premio Nacional de Ciencias Naturales (2008) y director del Centro de Envejecimiento y Regeneración de la Universidad Católica (CARE Chile UC), Nibaldo Inestrosa, lleva más de tres décadas investigando el efecto de productos naturales en la patología del alzheimer. Así llegó al Andrografolido, una droga natural que se obtiene de una planta India, que no sólo detiene la aparición de la enfermedad en la primera fase -seis meses iniciales-, sino también, revierte los cambios de la memoria y aprendizaje cuando ya se ha manifestado.
Sin embargo, cuando quiso realizar los estudios clínicos en humanos, la ley de Derechos y Deberes del Paciente (2012) lo prohibió. Ante ello, inició una carrera por encontrar una empresa que los financiara para hacer la investigación en el extranjero, lo cual no resultó.
Pero, como no se da por vencido, acaba de publicar un nuevo “paper”, esta vez, con estudios realizados en el Octodon Degus, un tipo de roedor que tiene sólo un aminoácido de diferencia con la secuencia humana. Lo más interesante, plantea, es que “cuando este organismo cumple dos años y medio o tres le aparecen placas y pierde la memoria. Investigamos si tenía alzheimer y sí. Probamos la droga en él y el nivel de la enfermedad baja sustancialmente y se acerca al control (normal). Estamos súper excitados porque esto es mejor a lo que teníamos. Espero que podamos convencer a algunas empresas”.
-¿Cuál es su diagnóstico de la ciencia en Chile?
-En Iberoamérica, por el número de habitantes, Chile está ´top´ y es del cual más se cita. Pero a diferencia de lo que pasa en Israel, donde invierten el 3,5% del PIB en ciencia, nosotros sólo ponemos el 0,35%. Estamos sonados, porque tenemos pocos estudiantes de doctorados, de postdoctorados y bajo desarrollo.
-O sea, ¿los recursos son la principal traba?
-Son un chiste. Nosotros hacemos maravillas o milagros para sacar un ´paper´. Para publicar en una revista de alto impacto en el mundo se requieren US$ 100 mil, acá el que llega a publicar ahí ocupa US$ 3 mil. Estamos detenidos por un problema económico y lo que hace falta es plata para llevar esto a niveles importantes.
-¿Cuál sería un monto de inversión óptimo en ciencia?
-Llegar al menos al 1%. Ahora con que doblemos al 0,7%, ya sería un tremendo avance.
-¿Los gobiernos han dejado de lado el fomento a la ciencia?
-En el gobierno de Pinochet fue cuando se puso más plata para la ciencia, le guste o no a la gente. En esa época pasamos de $ 400 mil -equivalentes a $ 1 millón hoy- que ganaban los proyectos por persona al año, a $ 6 millones.
Chile está muy bien en la OCDE, tenemos convenios con todos, pero en ciencia estamos en la cola, pésimo, peor que los países de la ex sociedad de la ex Unión Soviética.
-¿Hay expectativas en el mundo científico por el nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología?
-Todos estamos preocupados de que salga. Hay esperanzas que los problemas de recursos y la burocracia se acaben. La presidenta (Bachelet) le dijo a Mario (Hamuy) que espera que esto se dé antes de finalizar su administración.
-¿En qué ministerio cree que está mejor Conicyt?
-En Ciencia y Tecnología. No puede estar en Educación porque compite con el almuerzo de los niños (Junaeb), con la gratuidad y no puede estar en Economía, porque tiene otros parámetros.
-¿Cómo ve el aterrizaje de Mario Hamuy a Conicyt?
-Muy positivo, sobre todo en esta coyuntura en la que todos estamos de acuerdo en cambiar la estructura, porque viene de los setenta y hay mucha burocracia. Además a Hamuy la presidenta le dijo que quería que fuera su asesor directo para sacar el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
-La industria critica que los científicos hacen investigación para ´papers´ y no ciencia aplicada…
-A las empresas no les interesa para nada tener investigación, salvo contadas excepciones, porque venden productos que se hacen afuera. No realizan estudios y desarrollo interior. Pero también es cierto que los científicos son malos propagandistas de lo que hacen y no hacemos nada por difundir nuestros estudios a la comunidad.
UC (CARE) Y U. DE MAGALLANES CREAN CEBIMA
En mayo de 2014 se aprobó un convenio entre la Universidad Católica -a través de CARE Chile UC- y la Universidad de Magallanes (UMAG) para crear el Centro de Excelencia de Biomedicina para Magallanes (Cebima).
¿Su objetivo? Identificar principios activos de recursos naturales antárticos y subantárticos, con efectos en los procesos de envejecimiento y regeneración celular asociados a patologías como el alzheimer, hipertensión, diabetes, síndrome metabólico, fibrosis muscular y cáncer, entre otras, a fin de desarrollar fármacos.
Inestrosa explica que la idea es que investigadores de CARE Chile UC se trasladen a este espacio para avanzar en esas líneas de investigación.
El centro se ubicará en el edificio CADI/UMAG, construido al lado del Hospital Regional de Punta Arenas y contempla una inversión cercana a $ 16 mil millones. Según Inestroza, se requerirán unos $ 1.000 millones al año para su funcionamiento.
Fuente: Diario Financiero
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