Según primer estudio de filantropía nacional -desarrollado por el Centro de Filantropía e Inversiones Sociales (Cefis) de la U. Adolfo Ibáñez- el empresariado chileno, actualmente destina sus aportes a diversas áreas, principalmente educación (28,6%); cultura (15,7%); universidades (11,4%); pobreza y sociedad civil (14,4%). Directores de entidad buscan revertir cifra e incentivar la entrega de mayores recursos para curar enfermedades al cerebro.
Implementar un modelo de filantropía en Chile que beneficie a la ciencia, es el desafío que está llevando a cabo la Fundación Biomédica NEUROUNION. La entidad, dedicada a la exploración y desarrollo de tratamientos para enfermedades neurodegenerativas como Parkinson, Alzheimer y ELA, realizó un llamado al sector privado para que éste siga incrementando sus donaciones en investigación biomédica, un “área prioritaria para el desarrollo de un país”, según manifestó el Dr. Rene Vidal, investigador de la Fundación Biomédica NEUROUNION.
Las declaraciones se realizaron tras analizar los resultados del primer estudio nacional sobre filantropía, documento elaborado a fin de año, sobre la base de entrevistas a 41 empresarios de grupos económicos chilenos. En este trabajo, desarrollado por Magdalena Aninat, se establece que sólo un 10% de los encuestados realiza donaciones en área salud.
También, se señala que el 61% hace aportes en rangos sobre los US$ 500 mil al año, y que los montos de las donaciones sociales, representan un 0,12% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra distante del 2% del PIB que promedia Estados Unidos, y de otros países desarrollados. Sin embargo, a pesar de estos índices, el estudio muestra que la inversión filantrópica ha mostrado un incremento sostenido en los últimos años. De hecho, solo entre el 2008 y 2014 las donaciones en Chile crecieron un 97%, alcanzando los US$ 220 millones.
“Es muy relevante que las donaciones sociales estén aumentando. Y en ese contexto, pensamos que la ciencia, tecnología e innovación se están posicionando como elementos claves en el desarrollo del país. Lo importante es que esto está ocurriendo tanto a nivel de los ciudadanos, como de las políticas y discusiones en el Gobierno. La ciencia se está democratizando cada vez más y la gente percibe su importancia, lo que constituye un impulso para incrementar la inversión en este campo del conocimiento”, comenta el Dr. Court, académico de la Universidad Católica de Chile, y quien forma parte del directorio de la Fundación Biomédica NEUROUNION.
Respecto de cifras, el documento -desarrollado por el Centro de Filantropía e Inversiones Sociales (Cefis) de la U. Adolfo Ibáñez- muestra que el empresariado chileno, actualmente destina sus aportes a diversas áreas, principalmente educación (28,6%); cultura (15,7%); universidades (11,4%); pobreza y sociedad civil (14,4%), y en enseguida, salud y discapacidad (10%). Tales aportes, en un 42% de los entrevistados, tendrían por motivación un deber moral, de poder “devolverle algo a la sociedad”.
Ante ello, el presidente de NEUROUNION, Eduardo Cereceda, explica que es vital se siga fomentando la inversión privada en este último ámbito, tal como sucede en los países desarrollados, y también, en la fundación que dirige junto al Dr. Claudio Hetz (Académico de la Universidad de Chile), y donde ya cuentan con aportes de la familia Said, para la investigación en Parkinson.
Inversión en biomedicina
La campaña de incentivo a la filantropía empresarial, liderada por Eduardo Cereceda y Alfredo Court, presidente y vicepresidente de NEUROUNION, y por sus investigadores principales, los Dres. Soledad Matus y René Vidal. A este grupo, se acaba de sumar Juan Villarzú, ex presidente de Codelco y ex Ministro de Estado. El economista, afectado por la enfermedad de Parkinson y sensibilizado por esta misma causa, se convierte entonces, en el primer integrante del consejo asesor de la institución.
Los directivos se muestran satisfechos con la productividad que está alcanzando la fundación, hecho que se refleja en la publicación de más de 15 papers en revistas científicas internacionales, y la participación de los científicos en 9 congresos (en Chile y el extranjero). Los estudios, se realizan con fondos privados y también, mediante la adjudicación de proyectos Conicyt, Fondecyt y recursos del nuevo Centro FONDAP en Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo, en el que participan los investigadores de la Fundación Soledad Matus y René Vidal, y los Dres Hetz y Court, representando a sus respectivas casas de estudio.
El trabajo de NEUROUNION, se enfoca en acelerar el camino hacia una cura para las enfermedades que afectan al sistema nervioso central, las cuales han experimentado un incremento en las estadísticas médicas de nuestro país, hecho atribuible también, al aumento en la expectativa de vida de nuestra población. Así lo establece la Dra. Soledad Matus: “Se estima que una de cada cinco personas sobre los 60 años, corre el riesgo de desarrollar alguna enfermedad del sistema nervioso, incluyendo Alzheimer, Parkinson o ELA. Además, el número total de pacientes va a incrementar radicalmente, puesto que para el año 2050, se prevé que el 25% de los chilenos serán mayores de 60 años”.
Ante esta realidad, el Dr. Court establece que “el gran problema del futuro será el envejecimiento”, razón por cual será imperante contar con recursos y políticas para dar solución a las patologías y problemáticas asociadas a la vejez y mejorar la calidad de vida.
Respecto a las investigaciones, éstas avanzan, mayormente, en la creación de una terapia génica contra el mal de Parkinson, con la esperanza de “atacar directamente el proceso de muerte diferencial de un grupo de neuronas en el cerebro, que es la causa de los síntomas descritos en esta enfermedad. Y para ello, estamos desarrollando un tratamiento que será aplicado en el cerebro, gracias al uso de virus terapéuticos, que han demostrado ser muy seguros y eficaces, sin presentar efectos secundarios”, explica el Dr. Rene Vidal.
Otra línea promisoria de estudio, es en Esclerosis Lateral Amiotrófica y las demencias fronto temporales. Esta línea busca analizar el rol de unas proteínas llamadas “chaperonas”, ya sea tanto en la génesis como durante el proceso neurodegenerativo descrito en estas patologías.
Filantropía y beneficios
Para continuar en esta senda, el equipo explica que se requieren más y nuevas inversiones, especialmente del mundo privado, las que pueden dirigirse a diversos frentes como: investigación de neurociencia aplicada a terapias clínicas; educación y formación de capital humano y especialistas en neurociencias; infraestructura de última generación para la investigación biomédica, futuros ensayos clínicos en Chile, otorgamiento de becas y facilitación de espacios de capacitación.
Este llamado de NEUROUNION, también se condice con el análisis que Magdalena Aninat realiza en su estudio, afirmando que “Chile transita desde una práctica caritativa y anónima a una práctica filantrópica con visión estratégica”, donde también opera la lógica de la retribución.
En ese contexto, las donaciones que realicen las empresas en el ámbito científico, recibirán beneficios tributarios consagrados en Ley 20.241, el D.L. 3.063 sobre Rentas Municipales, o el D.F.L. Nº 1 Ministerio de Hacienda. “Cada aporte otorga derecho a un crédito contra los impuestos de primera categoría del ejercicio, equivalente al 35% del total de los pagos en dinero efectuados conforme a los contratos de investigación y desarrollo suscritos o bien, otorga el beneficio de poder rebajar como un gasto necesario para producir la renta”, explica Eduardo Cereceda.
Por Carolina Todorovic
Fuente: El Mostrador
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