Como alumna de último año de una carrera científica, como lo es la carrera de biotecnología, puede parecer extraño observar en mi biografía el enfoque de mi seminario de título. La propiedad intelectual y la transferencia tecnológica, están muy lejos aún en Chile de la visión tradicional de un científico con delantal. Sin embargo, existen claras señales de que esta visión está comenzando a cambiar. Cada día, la palabra biotecnología o ciencia aplicada se enlaza de manera más estrecha con las palabras innovación y emprendimiento. Algunos ejemplos de los anterior son los apoyos de CORFO como Startup Chile y el programa “Go to Market”.
Un clara signo de lo anterior es que hoy en día el enfoque de la carrera de biotecnología se centra en formar a profesionales capaces de insertar la ciencia en los aspectos productivos. Si bien el concepto de transferencia tecnológica aún no está escrito de manera textual en lo que se espera de un biotecnólogo/a, su significado está implícito, ya que la transferencia tecnológica hace referencia al traspaso del conocimiento a la industria o mercado desde los centros que crean conocimiento. Y, además, busca que este conocimiento generado en laboratorios y centros de investigación llegue al usuario final, provocando así impacto social y económico al país.
Otra buena señal de que la mirada hacia la ciencia está cambiando, son los programas de CORFO como el “Concurso de Fortalecimiento de Capital Humano en Transferencia Tecnológica“ que busca capacitar a investigadores, profesionales y/o técnicos de universidades y centros tecnológicos, en temas de transferencia tecnológica y comercialización de resultados de I+D. Además del apoyo entregado por parte de la misma entidad para la conformación de oficinas de transferencia tecnológica en distintas universidades del país, las que han ayudado a que empresas como Kinostics, un spin off de la Universidad de los Andes, hoy existan.
Finalmente, otro buen síntoma de este cambio, son los concursos I+D+i para estudiantes. Entre los que me gustaría destacar se encuentra el concurso “Aplica tu Idea” de la fundación COPEC-UC. El cual busca a estudiantes de universidades, institutos profesionales y técnicos con buenas ideas aplicables en el área de recursos naturales.
Yo me entusiasmé con esta oportunidad, participé con una idea generada en un trabajo para la universidad y, para mi sorpresa, gané la primera etapa. Se presentaron 70 proyectos y gran parte de los ganadores estaban relacionados a la biotecnología. Algo importante de este concurso es que, además de premiar de manera monetaria, permite participar en un taller de tres días en los que las temáticas de transferencia tecnológica son las protagonistas: Propiedad intelectual, Modelo de negocio, Elevator pitch, entre otras. Creo que este tipo de iniciativas va en la línea de lo que hoy está ocurriendo en otros países, en donde muchas de las ideas nacen desde estudiantes.
Sin embargo, aquí en Chile aún es complejo emprender desde la Universidad con una de estas ideas. En general, si la idea se llevó a cabo durante el desarrollo de una tesis, la propiedad intelectual que se generará a partir de esa investigación, no será del estudiante, sino que se repartirá en tres partes iguales: la primera es para la Universidad, la segunda es para la facultad involucrada y la tercera parte es propiedad del profesor titular, quien decidirá qué porcentaje le pertenece al estudiante. Lamentablemente, esta repartición no siempre resulta ser un reflejo del aporte efectivo de cada una de las partes. Es por esto que parte de la labor de las oficinas de transferencia tecnológicas es velar para que este proceso concluya con un resultado acorde al esfuerzo puesto por cada una de las partes partícipes del proyecto.
Creo que el realizar el seminario de título en estas temáticas y en un spin off que nació desde una universidad, me ha otorgado una visión más amplia de lo que significa generar impacto a través de la ciencia y como científica, a través del emprendimiento. Considero que estamos bastantes preparados para realizar otras actividades que requieren de un conocimiento profundo de la ciencia para las cuales no necesariamente estaremos en un laboratorio. Sin embargo, y a pesar de estar preparados, pocos somos los que nos atrevemos a hacerlo.
Cada día, y gracias a la experiencia que he adquirido, me doy cuenta de que se necesitan más científicos jóvenes que se atrevan a innovar, a llevar a cabo esas ideas desarrolladas en la universidad y, por qué no, a formar sus propias empresas. Los obstáculos existen, pero la preparación y competencias de los científicos chilenos son suficientemente buenas como para generar grandes proyectos.
Tesista de Kinostics SpA, Ingeniería en Biotecnología, Universidad de Chile
Estudiante de quinto año de Ingeniería en Biotecnología Molecular, Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Actualmente, realiza su seminario de título en estrategia de propiedad intelectual y gestión tecnológica en Kinostics SpA. Ganadora de la primera etapa del concurso “Aplica tu idea” de Fundación COPEC-UC.
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