Al pensar en eventos realizados en Brasil últimamente, lo primero que a la mayoría se le debe venir a la mente es el Mundial de Fútbol. Sin embargo, el “país mais grande do mundo” tiene espacio y hospitalidad para un sinnúmero de certámenes y uno de estos tantos encuentros que también se llevaron a cabo allí durante los últimos meses fue la primera versión de la Conferencia BIO Latin America.
El sol de Rio de Janeiro fue el anfitrión para esta cita que, como objetivo, buscó reunir a los principales exponentes del mundo biotecnológico en la región, de modo que compartieran sus experiencias y/o estrategias con cada uno de los asistentes. Mediante paneles de discusión, partnering meetings, mesas redondas y otros mecanismos, la interacción fluyó y los diagnósticos fueron más que interesantes.
Uno de los temas que se repitió en gran parte de las exposiciones y conversaciones fue la necesidad de que la industria biotecnológica crezca al amparo de una alianza estratégica entre el mundo privado, público y académico. Cualquier visión que carezca de esta arista sería, por decir lo menos, un esfuerzo con poco sustento y que impediría la estabilidad a largo plazo.
Un ejemplo de lo anterior fue expuesto en el plenario «Regional Biotech Development: Frameworks for Innovation», en donde se destacó lo que se está realizando en Argentina, Uruguay, Brasil, México y Chile al respecto. Gabriela Cezar, Senior Director and Head of External Research & Development Innovation de Pfizer para América Latina, hizo especial mención a la iniciativa de CORFO en Chile al propiciar la instalación de Centros de Excelencia Internacional, a través del aporte público. Esto, sumado a la ley de incentivo tributario a la I+D ha permitido que Pfizer esté en proceso de instalación de su Centro Internacional de Excelencia enfocado en la medicina de precisión, el primero de la compañía farmacéutica en Latinoamérica. Al mismo tiempo, y propiciando la unión público-privado-académica se han asociado con la Universidad Mayor para trabajar en las investigaciones.
Existen otros casos de Centros de Excelencia que han abierto sus espacios en el país, como Fraunhofer Chile y Wageningen UR Chile, y que, similar a lo que sucede con Pfizer, han conjugado de manera exitosa los 3 actores fundamentales mencionados en la conferencia de Rio de Janeiro. Estos Centros están desarrollando proyectos cuya base está amparada en responder a necesidades de la sociedad, pero despertando el interés de inversión de la empresa que busca innovar en sus productos y decide invertir en ello, al mismo tiempo, del sector público que requiere cubrir las demandas del país (energéticas, por ejemplo) y, no menos importante, de la academia, que pone su experiencia en investigación al servicio del desarrollo de nuevas tecnologías.
Durante la Conferencia también se hizo hincapié en el plan estratégico biotecnológico que está teniendo Brasil hoy en día, el cual comprende no sólo el desarrollo de Parques Tecnológicos en distintas ciudades del país y el financiamiento público para la investigación, sino que también el estudio sistemático del impacto que tiene la industria biotecnológica dentro de la economía brasileña.
Para ello, han tomado como modelo lo que está desarrollando la Unión Europea a través del Observatorio Bioeconómico (que surge desde su plan estratégico de Bioeconomía), cuyo objetivo, al igual que el brasileño, es medir el impacto de la economía que realiza un uso inteligente de los recursos biológicos y renovables de la tierra y el mar como insumos para la producción de alimentos, la producción industrial y la producción de energía.
Sin lugar a dudas, este tipo de iniciativas permiten una acción y visión clara a largo plazo, lo cual da espacio para la elaboración de estrategias mucho más eficientes al respecto. Está claro también que gran parte de los países latinoamericanos poseen muchísimas carencias que impiden el crecimiento óptimo de la industria biotecnológica.
Sin embargo, creo que no debemos tener una visión tan negativamente cegada sobre esto porque hay esfuerzos que sí están dando frutos. Muchos de ellos son aislados, sí, y carecen de un plan a nivel de Estado, sí, pero éstos, al menos, permiten vislumbrar que existe una disposición de muchos actores por darle mayor preponderancia a la biotecnología en sus distintas aristas.
En Chile no tenemos el plan estratégico de Bioeconomía como lo tiene la Unión Europea, pero es evidente que existen individuos, organizaciones, instituciones y empresas con ganas de construir grandes cosas. La tarea de ahora es consolidar la alianza entre cada uno de estos sectores, de modo de trabajar en pos de un objetivo común, tal como se concluyó en la BIO Latin America. Vamos en la vía correcta.
Periodista de la Universidad de Chile, ha dedicado gran parte de su carrera profesional a potenciar las comunicaciones en organizaciones sin fines de lucro. Hoy en día, desde el mundo de las ciencias, se ha enfocado en la utilización de las redes sociales (a través de internet y en persona) como los medio para difundir el acontecer biotecnológico nacional.
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