Es sabido que Chile tiene el triste honor de ser el país que menos invierte en Investigación y Desarrollo (I+D) de la OCDE, con un 0,39% del PIB, versus los 2,4% del PIB del promedio de los países OCDE y muy lejos del 4,36% que destina Corea del Sur.
Los datos de Chile son aún más preocupantes cuando se analiza el detalle y se puede ver que el que más invierte en I+D es el Estado y no las empresas, como ocurre en los países desarrollados. De hecho, en las naciones líderes en innovación la media en gasto en I+D es dos a uno a favor de las empresas.
Pero la situación chilena parece estar mejorando. Al menos eso es lo que se infiere del último informe Gestión Incentivo Tributario de Corfo, que muestra que entre 2012, 2013 y 2014 los montos destinados por las empresas a proyectos de I+D subieron 450%, pasando de $6.036 millones a $33.225 millones.
2012 fue un año clave en la materia, ya que comenzó a regir la nueva ley de I+D, que entrega beneficios tributarios a las empresas que invierten en innovación y que en general alcanza hasta el 48% del monto total. De hecho, los datos muestran que entre 2008 y 2011, con la antigua ley, los beneficios se aplicaron a 99 proyectos por un total de $7.156 millones, a partir de 2012, con la nueva norma, se destinaron $64.483 millones a I+D, repartidos en 311 proyectos. «La primera ley era bastante restrictiva porque la investigación tenía que darse extramuro, es decir, que las empresas tenían que contratar a centros de I+D certificados para optar a los beneficios. Esta nueva ley permite apoyar también la investigación interna y eso permitió el salto», comenta Patricio Feres, gerente de Innovación de Corfo.
Concentración en Santiago
Como suele ocurrir en otras materias, el gran grueso de los recursos destinados a I+D en el país en los últimos siete años se ha concentrado en la Región Metropolitana. Se trata de 138 proyectos que suman $32.865 millones, que equivalen al 50% del total país. Mucho más abajo en la lista aparece la Región de Antofagasta, con un monto de $8.815 millones (22 proyectos), seguida por las regiones del Biobío y de Los Lagos, con $6.431 millones y $5.407 millones, respectivamente.
Asimismo, por sector de ejecución, los datos de Corfo muestran que la mayoría de los recursos entre 2008 y 2014 fueron destinados a biotecnología, concentrando el 22% de la inversión, equivalente a $14.287 millones. Le sigue la minería con $10.978 millones y el sector agropecuario, cuyo gasto alcanza los $8.405 millones, un 13% del total.
Finalmente, los datos también muestran que del total de las empresas que han innovado en los últimos siete años, usando la ley I+D, 221 era grandes empresas, mientras que 70 eran pymes.
Metas para 2015
Patricio Feres comenta que las empresas que hacen uso del beneficio tributario son de diversas áreas, pero que todas deben cumplir con el requisito básico de que su proyecto sea realmente innovador. Para ello, explica, se les ofrece una asesoría hasta que finalmente un grupo de expertos ayuda a determinar si hay verdadera innovación detrás de las iniciativas. «Estamos enfocados en aumentar considerablemente la calidad de los proyectos. Lo que hay que hacer acá es identificar muy bien la frontera del ámbito del conocimiento y dónde cae el proyecto que se está presentando», agrega Feres, quien señala que la mayoría de las iniciativas seleccionadas tienen que ver con el desarrollo de vacunas para animales y también con el mejoramiento genético de variedades vegetales.
En la esfera opuesta, explica que la mayor cantidad de proyectos rechazados son los que tienen que ver con aplicaciones web, ya que muchos de ellos usan conocimientos ya existentes.
Este año, la Corfo está estrenando varios mecanismos para aumentar la I+D en las empresas. Entre ellos se cuentan subsidios para que las empresas contraten a centros de investigación y desarrollo, así como también recursos para que puedan contratar capital humano altamente calificado o tecnología de vanguardia.
Con todo eso, la meta del organismo es que para este 2015 los montos de las empresas que hacen innovación a través de la ley de I+D lleguen a los $50.000 millones. «Creo que vamos a lograr esa meta, porque ya hemos evaluado proyectos que suman entre $15.000 y $20.000 millones», asegura Feres.
FILTRO
Para acogerse a la ley de I+D, las empresas deben demostrar que sus proyectos son realmente innovadores.
Fuente: Diario El Mercurio
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